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El Presidente de Francia en un mensaje al país:

Macron intenta calmar protestas y retrocede en su plan de austeridad

martes, 11 de diciembre de 2018

Alberto Millán
Internacional
El Mercurio

El mandatario anunció alza del salario mínimo y una baja de impuestos, frente a manifestaciones de los "chalecos amarillos".



El Presidente Emmanuel Macron tuvo que ceder, tras cuatro semanas de masivas protestas en Francia. Sin que bastara la decisión de suspender el alza de impuesto a los combustibles, que buscaba calmar a los "chalecos amarillos", el mandatario anunció ayer un paquete de medidas sociales, contrarias a su plan de austeridad, que van desde el alza del salario mínimo hasta una baja tributaria.

El Presidente expuso esas propuestas en un mensaje a la nación, en el que decretó -simbólicamente- "estado de emergencia económico y social" y en el que mostró una inusual autocrítica. Además, consideró "justas" las protestas que han congregado a más de 100.000 franceses cada uno de los últimos fines de semana.

"Probablemente en este último año y medio no hemos podido dar una respuesta suficientemente rápida y oportuna (...) Queremos una Francia donde una persona pueda vivir dignamente de su trabajo. Pido al gobierno y al Parlamento que hagan lo necesario", afirmó el mandatario, que antes se reunió con representantes de las principales organizaciones sindicales y patronales francesas.

Macron -que cursa el segundo año de su quinquenio con el apoyo de uno de cada cuatro franceses- afirmó que desde 2019 habrá un alza de 100 euros en el salario mínimo, que hoy es de 1.498 euros, "sin que le cueste nada al empleador". Además dijo que el pago por horas extras a los trabajadores estará libre de impuestos, así como las bonificaciones de fin de año. También recalcó que los jubilados que reciban una pensión menor a 2.000 euros mensuales no se verán afectados por el alza del impuesto que se les aplica.

"Responderemos a la urgencia económica (...) pero no con un giro en U", afirmó el líder del partido oficialista República en Marcha (liberal), que además dijo que la violencia en las protestas es "inaceptable".

El movimiento de los "chalecos amarillos" -por las prendas que deben portar los automovilistas en Francia- partió por el alza de los combustibles, pero ha persistido incluso luego de que Macron retrocediera en la medida.

Las reacciones al discurso no tardaron en llegar desde los opositores que han buscado capitalizar un movimiento, que tiene un 70% de respaldo. La líder de la derecha populista, Marine Le Pen, dijo que el Presidente "se niega a admitir que es el modelo" el que "es desafiado". "Este modelo es el de la globalización salvaje, la competencia desleal, el libre comercio generalizado, la inmigración masiva", tuiteó.

En tanto, el izquierdista Jean-Luc Mélenchon, acusó que "no hay nada sobre desempleados", ni para estutiantes.

En los "chalecos amarillos", según France Presse, las reacciones eran diversas, aunque el carácter acéfalo e inorgánico del movimiento no permite adelantar cual será el impacto del discurso. "Esta vez, hay realmente un avance. A medida que iba hablando, yo sonreía más", dijo Erwan, portavoz del movimiento en Rennes (oeste). Pierre-Gaël Laveder, manifestante en Montceau-les-Mines (centro), por su parte, dijo que "cada anuncio fue abucheado".

"Los ganadores de los recortes de impuestos son, en principio, trabajadores pobres y jubilados modestos, esto significa que las clases medias y las generaciones jóvenes prácticamente no ganaron nada. Estos estratos son la parte más visible del movimiento. Así que no estamos exactamente cerca de las demandas", comentó a "El Mercurio" Louis Chauvel, sociólogo del Science Po de París.

Ayer también se reveló que las protestas no solo han tenido impacto político. El Banco de Francia pronosticó que la segunda economía de la zona euro crecerá solo 0,2% en el último trimestre respecto a los tres meses anteriores, la mitad de su estimación previa. Olivier Dussopt, ministro de cuentas públicas, dijo a BFM TV que las medidas anunciadas ayer costarían entre 8.000 y 10.000 millones de euros.

La situación en Francia volvió a generar comentarios en el extranjero. A las críticas a Macron del Presidente de EE.UU. Donald Trump, y del de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, del fin de semana, se sumó el ministro del Interior italiano, Matteo Salvini, que afirmó que el francés es un "producto de laboratorio" para bloquear los cambios.

''Probablemente en este último año y medio no hemos podido dar una respuesta suficientemente rápida y oportuna". ........................................................... Emmanuel Macron PRESIDENTE FRANCÉS

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