Los "chalecos amarillos" seguirán protestando en Francia pese a las concesiones del gobierno galo, que el martes anunció la suspensión de un alza de los combustibles así como la congelación de los precios del gas y la luz, y que ayer dijo que podría restablecer el impuesto a la riqueza, suprimido este año por el Presidente Emmanuel Macron. El país enfrenta desde hace tres semanas las manifestaciones de este grupo, que empezaron como una protesta contra el alza del impuesto a los combustibles y ahora refleja una exasperación social más amplia. Los "chalecos amarillos" aseguraron ayer que mantienen su convocatoria de salir a las calles de París el sábado, mientras el Ejecutivo de Macron quiere evitar a toda costa que se repitan las escenas de caos del fin de semana pasado, cuando miles de manifestantes tomaron el Arco del Triunfo, montaron barricadas en el corazón de París y prendieron fuego a vehículos.