jueves, 29 de noviembre de 2018
Economía y Negocios Online
Claudio Barahona Country Manager de Wayra, Innovación Abierta de Movistar
Hace 8 años, el entonces ministro de Economía, Juan Andrés Fontaine, declaraba entre sus objetivos que debíamos lograr que una empresa chilena de tecnología llegue a cotizar en el Nasdaq. Lograr un IPO (venta inicial de acciones) en el mercado bursátil de tecnología más importante del mundo, es sin duda el hito que necesita Chile para posicionarse definitivamente como un hub de innovación, tecnología y emprendimiento.
Argentina lo logró hace unos años cuando se abrió Mercadolibre en dicha bolsa, convirtiéndose hoy en la empresa mayor valorización en el país trasandino. Luego siguió su ejemplo Globant, haciendo su IPO en Nasdaq en 2013, incentivando y abriendo paso, de esta forma, a que más empresas tecnológicas de América Latina sigan este camino.
Hoy ya contamos con la primera venta (exit) de una empresa chileno-mexicana, como lo es Cornershop, que fue adquirida por Walmart en USD 225 millones. Cornershop demostró que sí se pueden crear empresas de alto valor en el ámbito tecnológico desde Chile hacia el mundo. Pero ahora viene el desafío a apuntar aún más alto: ¡Debemos ser capaces como país poner a una empresa chilena en el Nasdaq en los próximos 10 años!
Esto no es un objetivo descabellado, si vemos que nuestro vecino Argentina ya tiene a dos, mientras que grandes polos tecnológicos como Israel tienen a más de 100 empresas en el Nasdaq. Pero ¿cómo lograrlo? Claramente es un desafío país, donde empresas, gobiernos, universidades, ciudadanos, emprendedores e inversionistas juegan un rol para que esto ocurra.
De todas las propuestas y caminos para poder conseguirlo, destacan las siguientes cuatro claves que podrían marcar la diferencia:
1. Más grandes empresas invirtiendo en startups. El corporate venture capital (CVC) representa hoy el 20% del capital de riesgo mundial. Las grandes compañías están apostando cada vez más por startups que están haciendo innovaciones en sus sectores. La compra de Cornershop por Walmart, es un ejemplo de ello. Las empresas deberían tener el incentivo de no sólo adquirir, sino que también invertir en startups.
2. Fomentar la exportación de servicios digitales. Las grandes empresas de tecnología “exportan” sus servicios a todo el mundo, sin moverse de un escritorio. En Chile somos muy buenos exportando commodities, como el cobre, frutas y salmones. Nuestras aduanas, agencias de fomento y promoción, modelos tributarios están muy bien diseñados para fomentar la exportación de los productos físicos que estamos acostumbrados a exportar. Pero cuando hablamos de un servicio digital, que brinda soluciones desde la nube, ¿cómo facilitamos el proceso y damos a conocer servicios de tecnología, creados por el talento de ingenieros y científicos chilenos? Avanzar en esta línea permitirá que diversifiquemos aún más nuestra matriz productiva y que una empresa de tecnología pueda prestar (¡y cobrar!) un servicio fácilmente a cualquier punto del orbe.
3. Preparar el talento. La educación juega un rol fundamental, no sólo a nivel de calidad, accesibilidad y financiamiento. Sino que también a nivel del “cómo” estamos aprendiendo actualmente, con mallas universitarias aún muy rígidas y pocos profesionales que una vez egresados continúen aprendiendo y especializándose. ¿Sabían que el 70% de los puestos de trabajo del 2030 aún no se han inventado? ¿Cómo nos preparamos para seguir aprendiendo con el fin de no quedar obsoletos ante la revolución digital? ¿Cómo estamos preparando a nuestros hijos, para un mercado laboral incierto y desconocido? La educación digital, una mirada innovadora y la flexibilidad son esenciales en este proceso.
4. Conocer las historias de éxito. Daniel Undurraga, Oskar Hjertonsson y Juan Pablo Cuevas deben ser nuestros nuevos superhéroes. También Juan Pablo Mena, Carolina Arce, Rodrigo Hernández, Cristian Espinoza y Wilibaldo Bravo, creadores de U-Planner, o Rafaél López y Juan Pablo Buscaglione, creadores de SmartboxTV, que con su solución tecnológica Nunchee.com, pueden generar plataformas tipo Netflix en menos de 24 horas; estas últimas empresas del portafolio de Wayra. Los niños y jóvenes deben conocer cómo estos innovadores hicieron estas aplicaciones, los aciertos y errores que cometieron en el camino, porque ellos han sido transparentes cuando han hecho públicos los fallos que tuvieron como emprendedores. Debemos celebrar su historia y la de otros 100 grandes innovadores que tenemos en Chile, quienes efectivamente están cambiando el mundo. Cuando veamos que ellos sí pudieron, más personas querrán ser emprendedores y probablemente podremos tener grandes startups e innovaciones rupturistas. Y, por qué no, contar con el primer chileno que logre estar en el Nasdaq.
