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Biobío y La Araucanía suman 40 atentados en cinco días:

Habitantes en zonas de ataques incendiarios manifiestan su temor por el aumento de la violencia rural

martes, 20 de noviembre de 2018

ROCÍO GODOY y SEBASTIÁN HENRÍQUEZ
Nacional
El Mercurio

Empresarios del turismo ven con inquietud el efecto en la temporada veraniega por los constantes cortes de rutas y quema de recintos.



La Región de La Araucanía y la provincia de Arauco, en el Biobío, cumplieron el quinto día de atentados, ataques incendiarios, protestas y cortes de caminos, que han dado paso a escenas de preocupación y agotamiento en quienes viven en las zonas afectadas.

La seguidilla comenzó el miércoles, después de la muerte del comunero Camilo Catrillanca en Ercilla.

Máquinas forestales, complejos turísticos, escuelas y centros comunitarios, entre otros, fueron destruidos por el fuego en las anteriores jornadas. En tanto, ayer, en la comuna de Tirúa, un incendio consumió una escuela rural y un jardín infantil en Ranquilhue, y aunque la causa del siniestro es aún desconocida, la gobernadora de Arauco, Bélgica Tripailaf, explicó que "Bomberos no pudo llegar oportunamente al lugar, porque estaban cortados los caminos".

En otro sector de la comuna, en caleta de Quidico, la noche del domingo fueron quemados dos galpones, dos cabañas y una antigua casona construida en 1868.

En La Araucanía, en tanto, se registró un atentado en la ruta que une Puerto Domínguez con Hualpín (comunas de Puerto Saavedra y Teodoro Schmidt): encapuchados destruyeron dos tractores, una bodega y un galpón pertenecientes al agricultor Efren Ercoli. Allí, la PDI encontró un panfleto que dice relación con la muerte de Catrillanca.

Sumados los hechos de ayer, el Biobío y La Araucanía acumulan 40 ataques desde el miércoles, y en las comunas más afectadas ya se advierte temor y preocupación ante el aumento de la violencia rural.

Por ejemplo, la tensión en la caleta de Quidico es grande y entre los pocos vecinos que se atreven a hablar está Mauricio Sepúlveda, agricultor, quien afirma que "la casa patronal que quemaron fue la casona a donde mis bisabuelos llegaron en 1868, y a partir de la cual se formó el pueblo". Añadió que "han quemado todo estos tipos, la gente está desesperada, cansada, con temor, y en el sector ya hay gente que ya empieza a migrar de la zona".

En la ruta que va de Cañete a Quidico están las marcas de al menos unas 20 barricadas. Carabineros recorre el camino, con un convoy compuesto por dos jeep, un furgón y dos tanquetas. Ante cada obstáculo en la vía, los policías se bajan de los vehículos para despejar al menos una pista.

El jefe de la Octava Zona de Carabineros Biobío, general Rodrigo Medina Silva, explicó que el trabajo en estos días "no ha sido fácil, con cortes de ruta cada dos o tres horas". En estas condiciones, el tráfico es intermitente y personas como Viviana (no da su apellido) detalla las consecuencias de la violencia en el funcionamiento de su restaurante en la caleta. "Este sábado no vino el repartidor y me he tenido que arreglar con lo que hay. Ojalá venga el sábado que viene. Ahora, si esto sigue así hasta el verano, la cosa se ve complicada", sostiene.

Así como Viviana, hay varios dueños de cabañas, restaurantes y otros emprendimientos turísticos que miran esta temporada con preocupación. Ayer, de hecho, las autoridades locales se reunieron con los empresarios.

"Este gobierno, el anterior y el anterior han desarrollado proyectos para fortalecer el turismo en Arauco, porque es una de las actividades que tienen más potencial. Espero que las cosas se calmen, porque de otro modo se va a perder una actividad económica importante", comentó Flor Weisse, presidenta del Consejo Regional de Biobío y cuya familia es dueña de un hotel que fue quemado el viernes. Las pérdidas fueron avaluadas en US$ 2 millones.

Sin embargo, en medio de este ambiente se ven situaciones esperanzadoras. A la siniestrada escuela de Ranquilhue, por ejemplo, llegaron un centenar de personas, con carretillas, palas y máquinas, para despejar los escombros y volver a reconstruir.

Valentín Rozas, encargado de la escuela, cuenta que "vinieron apoderados, instituciones y autoridades que nos están ayudando a seguir adelante. En ese sentido, somos bien unidos acá". Mientras, José Miguel Stegmeier, presidente del Consorcio Agrícola del Sur, dijo que espera que baje la tensión y afirmó que "solo desde una base coherente y con la verdad se podrán analizar soluciones desde el respeto a todos y el Estado de Derecho".

HISTORIA
Casa construida en 1868 fue quemada en Quidico.

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