Desburocratización de procesos educativos

lunes, 12 de noviembre de 2018

Editorial
El Mercurio

Los acelerados cambios en el ámbito del conocimiento obligan a una revisión curricular permanente con visión de futuro.

Con el objetivo declarado de conseguir un efectivo mejoramiento de la calidad de la educación, se impulsó -en los últimos años- un profundo cambio a la institucionalidad del sistema escolar; 18 leyes, 60 reglamentos, siete decretos y cuatro circulares conforman el marco normativo que rige a las escuelas, lo que se ha traducido en una serie de exigencias y obligaciones que implica una pesada carga burocrática para docentes y directivos, quienes deben dedicar un tiempo considerable -algunos directores declaran ocupar hasta el 80 por ciento de su jornada- a tareas administrativas, restándolos de lo medular: el trabajo educativo.

Bajo el título "Todos al aula", el Gobierno convocó a una comisión cuyo trabajo concluyó con la presentación de un informe que incluye 46 propuestas orientadas a simplificar los procesos de funcionamiento, fiscalización y financiamiento, de manera de desburocratizar el sistema y facilitar el trabajo de las comunidades educativas, para mejorar la gestión y la coordinación entre instituciones. La sobrecarga administrativa resulta muy compleja de afrontar, particularmente en un sistema heterogéneo con un alto porcentaje de escuelas rurales. Muchos directivos se ven obligados a contratar personal de apoyo, desviando recursos y esfuerzos que podrían destinarse a fines educativos.

La comisión reafirma la necesidad de reforzar la confianza en las comunidades educativas, impulsando la asociatividad y la creación de redes de apoyo entre ellas -se reitera la necesidad de acceso universal de las escuelas a internet-, propiciando la resolución de conflictos de forma interna, lo que requiere del fortalecimiento del liderazgo de los directores y de los profesores.

Respondiendo a una demanda generalizada del sector, se propone la simplificación de los procesos de rendición de cuentas, acotando el período abarcado, así como la integración de las diferentes subvenciones, las que actualmente deben ser rendidas separadamente, aumentando la carga burocrática.

Si bien una parte importante del informe se centra en facilitar y alivianar las tareas exigidas al equipo educativo, también se hace referencia a la necesidad de avanzar en la carrera docente y en una racionalización del currículo mediante la integración de los numerosos objetivos de aprendizaje establecidos, de manera de impulsar una mayor valoración de la consecución de habilidades y destrezas. Pese a que los establecimientos tienen la facultad de poner los énfasis que estimen convenientes de acuerdo a su proyecto educativo, en la práctica se ven presionados a abordar todos los contenidos curriculares. Los acelerados cambios en el ámbito del conocimiento obligan a una revisión curricular permanente con visión de futuro, que permita a los escolares de hoy desarrollar aquellas habilidades necesarias para una futura inserción académica y laboral que distará, en muchos aspectos, de las exigencias actuales.

El diagnóstico y las propuestas contenidas en el informe presentado a la autoridad responden a una demanda generalizada de los equipos directivos docentes, cual es ver disminuida su carga administrativa para poder destinar tiempo y esfuerzo al trabajo en el aula que, como lo indica la experiencia, es el lugar donde se puede hacer la diferencia en la calidad de la educación.