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Nueva área de estudio en Chile y el mundo:

El cambio climático está generando un impacto en la salud mental

lunes, 22 de octubre de 2018

C. González
Vida Ciencia Tecnología
El Mercurio

El aumento de temperaturas o precipitaciones, por ejemplo, se relaciona con alteraciones en los patrones del sueño, el estado de ánimo, el aumento del estrés, de ansiedad y trastornos depresivos.



Deshielo de los polos, inundaciones, subida del nivel del mar, sequías extremas, incendios forestales, escasez de alimentos y cambios en los ecosistemas son algunas de las múltiples consecuencias que el aumento global de las temperaturas, el llamado cambio climático, está comenzando a provocar. Una realidad que, de no generar intervenciones, se intensificará en las próximas décadas.

Es por ello que el informe del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático de la ONU, dado a conocer este mes, fue descrito como "un último llamado para salvar la Tierra". En él se asegura que el aumento de la temperatura global podría cruzar el límite de los 1,5 °C en solo 12 años; un fenómeno que no haría más que acelerar la ocurrencia de catástrofes naturales.

Sin embargo, el impacto del cambio climático incidirá en otros escenarios que están comenzando a investigarse. Hace unos días, un estudio publicado en la revista PNAS, de la Academia Nacional de Ciencias de EE.UU., advierte que un aumento moderado de las temperaturas se asociará con un incremento en los problemas de salud mental en la población, como ansiedad, estrés y depresión.

El doctor Nick Obradovich y sus colegas del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) analizaron datos sobre la salud mental de dos millones de personas en EE.UU., en el período comprendido entre 2002 y 2012.

Al comparar esa información con los registros meteorológicos del mismo período, observaron que las épocas en que aumentaban las consultas por problemas de salud mental coincidían con variaciones importantes en el clima. Por ejemplo, los meses con al menos 25 días de precipitaciones o temperaturas medias mensuales superiores a 30 ºC incrementaban la probabilidad de tener problemas de salud mental en 2% y 0,5 %, respectivamente.

Estudios anteriores ya habían demostrado que el aumento de las temperaturas puede alterar los patrones de sueño, empeorar los estados de ánimo y elevar los ingresos hospitalarios.

La revista Nature Climate Change, por su parte, publicó un trabajo que plantea que un aumento de 1 ºC en las temperaturas mensuales se correlacionaba con un incremento del 0,68% en la tasa de suicidios en EE.UU.

"No sabemos exactamente por qué las altas temperaturas producen problemas de salud mental. Pero lo que está claro es que es algo que afectará cada vez más personas en el futuro", advierte Obradovich.

Precisamente, ni su trabajo ni las publicaciones previas establecen una relación causal, pero sí un vínculo que debe estudiarse más a fondo. "Es un estudio muy interesante y que da pie para comenzar a buscar las variables que jugarían un rol causal en esta relación", dice el doctor Pablo Toro, psiquiatra de la Red de Salud UC Christus.

En esta línea, la UC está desarrollando un trabajo de seguimiento a 10 mil habitantes de la localidad de Molina, durante una década. La idea es, entre otras cosas, analizar "cuáles son las variables ambientales y de salud general asociadas a enfermedad mental", dice Toro.

Como ellos, otros centros están buscando las mismas respuestas. "Estar expuesto a condiciones meteorológicas extremas puede producir estrés, y esto a su vez lleva a una mala salud mental", sugiere Obradovich.

Para Jaime Silva, director del Centro de Apego y Regulación Emocional de la Facultad de Psicología de la U. del Desarrollo, el tema se inserta en el análisis de cómo nos afectan los desastres naturales. "Todas las situaciones que de alguna manera amenazan, con mayor o menor intensidad la vida, son difíciles de asimilar. Y sabemos que la fuente más importante de trastornos de salud mental es vivir experiencias estresantes". Tal como ha pasado en Chile con terremotos, erupciones volcánicas, incendios forestales y maremotos.

En el trabajo de Obradovich, el equipo examinó los informes de salud mental de las personas afectadas en 2005 por el huracán Katrina y los comparó con aquellos de personas en ciudades similares que no habían sido afectadas por el huracán: aquellas que vivieron aquella fatídica experiencia tenían 4% más riesgo de sufrir trastornos mentales.

Obradovich además plantea otro factor que podría influir: "Puede que los cambios climáticos en algunos lugares te lleven a reducir comportamientos saludables como hacer ejercicio y dormir bien, y esto sea lo que precipite los problemas mentales".

A juicio de los expertos, saber el origen de los problemas es imprescindible para tratarlos.

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