jueves, 04 de octubre de 2018
Economía y Negocios Online
Jorge Becerra Senior Partner & Managing Director The Boston Consulting Group
Economía digital y servicios, conectividad, mujer y crecimiento económico son los temas prioritarios que Chile ha elegido como anfitrión de APEC 2019. Precisamente estos temas están muy alineados con los que se han analizado en los grupos de trabajo del B20, la voz del sector privado de los países del G20, quienes durante hoy y mañana presentan sus principales recomendaciones en Buenos Aires, luego de más de un año de trabajo conjunto.
En BCG hemos liderado el área de Economía Digital e Industria 4.0 del B20 y creemos que los aprendizajes que se han obtenido podrán servir para enriquecer el trabajo de preparación ya en marcha para la próxima reunión de la APEC en Chile en noviembre del 2019. Sería positivo aprovechar esta experiencia, donde se implementó un proceso que permitió la participación a todos los miembros del grupo (más de 150 empresas), así como las recomendaciones que fueron consensuadas para el desarrollo de políticas públicas del G20, las que incorporaron las perspectivas de otros actores como Gobiernos, organizaciones sociales, el mundo del emprendimiento y el de las Pymes. La participación activa de todos estos actores en Chile asegurará una agenda de actuación ambiciosa y, a la vez, aterrizada para los países y empresas participantes.
La economía digital emergente tiene el potencial para generar crecimiento económico y mejorar el bienestar de las sociedades, pero para lograrlo, es imperativo que los generadores de políticas públicas favorezcan un entorno donde la digitalización pueda fluir. Esta es una de las principales conclusiones del grupo de trabajo de Economía Digital e Industria 4.0 del B20, que ha encabezado The Boston Consulting Group, y que se ha resumido en un documento que recoge recomendaciones de políticas públicas para los países que integran el G20. Son siete los pilares para los que se hace un llamado a establecer marcos regulatorios que sirvan para su promoción: habilidades digitales, industria 4.0, conectividad global, MiPyMEs, comercio digital y flujo de datos, fintech y ciberseguridad.
Sin duda, el desarrollo de las habilidades digitales es clave, ya que existe una brecha actual y futura en esta materia que hay que afrontar. Y cuanto antes se haga, mejor para intentar reducirla. Invertir en programas de educación digital y capacitación de la fuerza laboral, así como atacar la falta de flexibilidad en el mercado y asegurar el acceso de mujeres, de todas las edades, para acortar la brecha de género son algunas de las recomendaciones en este ámbito.
Mirando hacia Asia Pacífico, creemos que el desarrollo de infraestructura que permita la conectividad global es otro de los aspectos críticos para la economía digital, especialmente en países en vías de desarrollo. Para ello, se propone incentivar inversiones privadas para ampliar cobertura, incluso en áreas poco rentables; promover un amplio uso del espectro; facilitar el acceso a dispositivos; y motivar la creación de contenidos y servicios que impulsen la demanda, entre otros.
En relación con la conectividad, está la promoción del comercio digital y flujo de datos internacionales, para lo que se recomienda implementar políticas de e-commerce robustas, interoperables y no discriminatorias entre países; fomentar estándares recíprocos de protección de datos y de la privacidad; y reducir los obstáculos al comercio digital, principalmente.
Las conclusiones inciden también sobre el fomento y adopción de las tecnologías en industria 4.0, nueva revolución a la que ya están haciendo frente todos los sectores productivos. Asimismo, se incluye un marco especial dedicado a las pequeñas y medianas empresas, motores fundamentales de las economías de los países. Ayudarlas para que afronten y aprovechen todas las ventajas que pueden ofrecer la digitalización es fundamental para su supervivencia y crecimiento.
El apoyo a la innovación en fintech es crucial para reducir la brecha actual y fomentar la inclusión financiera de un importante porcentaje de la población mundial. Para ello, se sugiere adoptar marcos de políticas flexibles que habiliten servicios de tecnología financiera por parte de jugadores de diferentes sectores, ayudar a las personas a crear una identidad digital válida e incentivar el desarrollo de arquitectura y estándares comunes.
En este contexto, mejorar la ciberseguridad es un ítem crítico. Las propuestas del B20 apuntan a que los gobiernos se asocien con la industria para afrontar la gestión de riesgos cibernéticos de manera integral, alineados dentro de unas políticas marco.
Todas estas recomendaciones debieran ser un buen punto de partida para las discusiones de los diferentes grupos de trabajo que se desarrollen en la APEC durante el año que viene en Chile. Junto a ellas, en BCG consideramos que también es importante el expertise adquirido en la coordinación de estas prácticas para lograr que el proceso de trabajo sea transparente, efectivo y cuente con la opinión de todos sus participantes.
