Uso de fondos espejo

jueves, 20 de septiembre de 2018

Editorial
El Mercurio

Es de esperar que los avances en conectividad que se han logrado con estos fondos sigan siendo una tónica si es que se producen cambios en su modelo de manejo.

El Ministerio de Transportes y Telecomunicaciones (MTT) se encuentra trabajando en un nuevo modelo de administración de los fondos espejo del Transantiago, los que fueron creados en 2009, con el propósito de igualar para las regiones los fondos asignados al financiamiento del mencionado sistema capitalino de transporte. Hasta ahora se han entregado US$ 1.840 millones para implementar servicios de locomoción y financiar sistemas de transporte.

Cerca de un tercio de estos fondos son manejados por la cartera de Transportes, mientras los gobiernos locales ejecutan el saldo restante. Y como estos últimos a menudo tienen, paralelamente, otro tipo de necesidades, han destinado en ocasiones estos fondos a otra clase de proyectos, como escuelas, estadios, hospitales o trabajos de hermoseamiento urbano, los que, si bien pueden ser necesarios, están lejos del objetivo de la ley de fondos espejo.

Un estudio de Espacio Público muestra que, en promedio, el 45% de los recursos se destina a usos distintos del transporte. Y en el caso del 55% definido para transporte, los recursos se destinan en gran medida a mantención de infraestructura (reposición de aceras, mejoramiento de calles y repavimentación de vías), y no a gestión de tránsito o a la construcción de obras que podrían mejorar la situación del transporte en regiones.

En cuanto a los fondos que maneja el ministerio, el 41% de ellos son para rebaja de tarifas en transporte, mientras que el 6,8% se destina a iniciativas de inversión. La idea de la cartera es que los recursos que maneja el ministerio se destinen a mejoras en infraestructura, mientras que los que queden en manos regionales tengan como fin el subsidio de tarifas, ya que así conocerían de mejor manera la realidad de cada localidad y, por tanto, sus principales necesidades.

En esta línea, entre los programas que se han llevado a cabo con los fondos Espejo los mejor evaluados son los que constituyen aportes a la operación de servicios de transporte en zonas aisladas y los de conectividad rural. Ellos han mejorado la conectividad de más de 800 mil personas en La Araucanía, Los Lagos y Aysén, y han favorecido el acceso a los colegios de más de 60.000 alumnos de zonas aisladas. Esos son claramente recursos bien utilizados, por lo que es de esperar que estos avances en conectividad sigan siendo una tónica si es que se producen cambios en el modelo de manejo de los fondos espejo.

La ministra Hutt ha sugerido destinar recursos para una renovación de las flotas de buses rurales, la construcción de terminales intermodales y corredores exclusivos en las grandes ciudades. Estos son objetivos apropiados, y, en particular, el recambio de flotas puede tener un efecto muy positivo en el bienestar de las personas que usan el transporte público. En las grandes ciudades regionales también es posible considerar la creación de sistemas integrados del transporte público. En conclusión, parece adecuado el enfoque del ministerio en orden a reasignar las tareas a las que se dedican los fondos espejo del Transantiago, con el MTT haciéndose cargo de las inversiones y los gobiernos regionales a cargo de los subsidios al transporte público.