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Estudiantes que llegaron de distintos países latinoamericanos cuentan sus experiencias:

Así ven y celebran Fiestas Patrias nuestros niños inmigrantes

domingo, 16 de septiembre de 2018

Margherita Cordano F.
Educación
El Mercurio

Algunos comparan esta fecha con Navidad, porque reúne a la familia y los amigos bajo un mismo techo. A otros les llama la atención que los festejos sean más bien íntimos, en casas y sin tantos desfiles en las calles, como sucede en sus países de origen. Ocho alumnos de básica y media venidos de Colombia, Perú, Venezuela y Haití hablan aquí de empanadas y cuecas.



Durante las últimas semanas, Lara Rodríguez ha estado practicando pasos de cueca en su casa. "Lo hago cuando estoy sola. Pero un día, mientras practicaba con el pañuelo, me di cuenta de que mi mamá estaba ahí. Y no solo eso... ¡me estaba grabando con el celular!", dice la estudiante de 5° básico del Colegio Francisco Olea de Santiago, establecimiento que forma parte de la red de colegios SIP.

Lara nació en Colombia, pero hace cinco años llegó a Chile con su familia. Al verla bailando cueca en los pasillos de su nueva casa, su mamá se emocionó. "Cuando nos vinimos ella me dijo que yo iba a tener una gran ventaja, que era poder conocer otras culturas".

Reunidos en la biblioteca de su colegio, el venezolano Daniel Perdomo, de 10 años, cuenta que su mamá también se entusiasma con su conocimiento sobre Chile. "Me pide siempre que le enseñe el himno", cuenta riendo.

De acuerdo a estimaciones entregadas a inicios de este año por el Gobierno, los extranjeros que residen en Chile ya superan el millón de personas. La mayoría proviene de Perú, le siguen colombianos, venezolanos, bolivianos y haitianos (ver cifras). Muchas veces, ocurre que son los niños quienes más rápido se ven inmersos en las costumbres del país, y el 18 de septiembre es una fecha clave: en los colegios se repasa la historia de la Primera Junta de Gobierno, se enseñan bailes típicos y se hacen actos que conmemoran las tradiciones nacionales.

"Así he ido aprendiendo que tenemos varias cosas en común. Por ejemplo, nuestras dos banderas tienen el color rojo, que se usa para representar la sangre de nuestros héroes caídos", explica Daniel.

Payas venezolanas

Desde Antofagasta -la región donde según datos del Departamento de Extranjería y Migración reside el mayor número de extranjeros, después de la Metropolitana-, Joel Churicota, estudiante peruano de 3° básico en la Escuela Municipal D-73 República de los Estados Unidos, cuenta que en los dos años que lleva viviendo en Chile, los 18 de septiembre su familia ha celebrado "jugando a la pelota; hacemos partidos y comemos empanadas". Aunque en el colegio le han enseñado a bailar la mazamorra, confiesa que no le ha resultado fácil.

José Guevara, de 13 años, compañero colombiano del mismo establecimiento y que vive en Chile hace cuatro años, dice que en su casa no suelen celebrar estas fiestas, pero que han tenido la suerte de ser invitados por amigos chilenos a festejar. "Todo el mundo luce más feliz, emocionado. Y veo que generalmente celebran con un asado, bailan cueca. Lo pasan chancho, como acá dicen".

Aunque muchos tuvieron problemas para entender los modismos, de a poco se han ido acostumbrando.

"A los novios les dicen pololos. ¡Y yo siempre entendía que decían pollitos!", cuenta la venezolana Sophia Oliveros, de 11 años. Su compatriota Fabiana Silva, compañera de 6° básico en el Colegio Francisco Olea, dice que de a poco ha ido incorporando el 'cachái'.

Tanto conoce nuestros términos, que este año fue una de las encargadas de hacer payas en el acto del 18 de septiembre de su escuela. "Nunca había escuchado nada que se pareciera a una paya, que es como rimas combinadas con guitarra u otros sonidos. El año pasado la señora bibliotecaria comentó algo sobre ellas y yo quise averiguar inmediatamente qué eran", dice.

Su paya de este año habló de comer empanadas y tomar chicha.

¿Has probado esto?

A propósito de la comida, a Widny Joseph, alumna haitiana de 4° medio que cursa la especialidad de Telecomunicaciones en el Colegio Juan Luis Undurraga de Quilicura (Fundación Belén Educa), le encanta la cazuela y el pebre. "Y las empanadas. Bueno, aunque no me gusta mucho la empanada de pino, la napolitana me fascina. Me encanta la comida chilena y cada día aprendo algo nuevo, porque mis compañeros me invitan a sus casas y me dicen '¿has probado esto?'".

Le gusta que en Fiestas Patrias las familias se reúnan. "Encuentro que acerca a las familias lejanas que no se habían visto en (harto) tiempo y lo ocupan como si fuese Navidad. La diferencia con el día nacional de Haití es que las familias allá no se juntan como acá en Chile, por acá es como un momento donde hacen vivir su cultura. Allá desfilan y bailan en las calles; es un solo día. Acá son tres", comenta.

Al colombiano Santiago Patiño, quien lleva uno de sus 12 años viviendo en Chile, dice que la diferencia entre los bailes de cada país ha sido un reto. "Aprendí a bailar en el colegio porque tuvimos una presentación. Aprenderla es difícil igual, porque en Colombia no se baila eso, allá se baila más la salsa y la bachata".

¿Lo más complicado? "El zapateo, eso todavía no me lo aprendo", confiesa este alumno del Colegio Arzobispo Manuel Vicuña de San Joaquín, ubicado en La Legua, también de la red de colegios de Belén Educa.

Así como a Widny Joseph, a Santiago le ha llamado la atención que en Colombia "cierran las calles y bailan. Hay un día en que se arman unos carros con ruedas, palos y todo, y después se tiran. Acá son más de casa, en Colombia la gente comparte más afuera".

Y aunque todos coinciden en que agradecen a Chile y disfrutan conociendo más de sus fiestas y costumbres, no por eso dejan de echar de menos algunas tradiciones de su país. Desde bailar joropo y comprar plátano frito en las calles de Colombia y Venezuela, hasta vivir en un clima tropical, como sucede en Haití.

Incluso entre países vecinos hay diferencias. "Trujillo queda al norte de Lima y se extraña el clima porque hay mucho sol", dice sobre su ciudad natal Franklin Ruiz, alumno de 8° básico del Colegio Arzobispo Manuel Vicuña. Estos días, eso sí, la nostalgia no es mucha. A propósito de Fiestas Patrias, "todos se unen para hacer algo. Nosotros también hacemos parrilla con mi vecina chilena", comenta contento.


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