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Distribución de energía eléctrica:

La clave para un futuro renovable consiste en un sistema eléctrico flexible

miércoles, 12 de septiembre de 2018


Ediciones Especiales
El Mercurio

Al año 2030, se estima que el costo asociado a la necesidad de flexibilidad en el sistema eléctrico chileno podría llegar a valores entre US$ 150 a US$ 350 millones.



¿Hacia dónde se dirige el mercado eléctrico? ¿Cómo se incorporan las energías renovables en el sistema eléctrico? ¿Está Chile preparado para el futuro de la distribución energética? Estas son algunas de las preguntas que motivaron a los investigadores del Instituto Sistemas Complejos de Ingeniería, Matías Negrete y Daniel Olivares, a realizar un proyecto para diseñar e implementar la infraestructura tecnológica necesaria para la gestión y coordinación de consumos eléctricos flexibles.

El proyecto, llevado a cabo en conjunto con el profesor Álvaro Lorca de la Escuela de Ingeniería de la UC y un equipo multidisciplinario, promete ser un paso para el desarrollo de la "Internet de la Energía" en nuestro país.

A nivel mundial, los sistemas eléctricos flexibles son una realidad. Voltalis, Enernoc, Flexitricity y REstore son solo algunas de las compañías norteamericanas y europeas que están apostando por una nueva manera de gestionar la energía eléctrica y que, a su consideración, brinda resultados positivos.

En este contexto, los académicos decidieron ir más allá y desarrollar modelos matemáticos para coordinar y controlar el consumo que sean escalables.

"Ahí está el mayor desafío: a mayor control, hay más potencial de aprovechar la flexibilidad disponible. Por ejemplo, modificar el consumo de una lavadora en una casa quizá no signifique nada para el sistema, pero si se agrupan 3.000 de estas lavadoras sí se puede ver una señal relevante en el sistema", explica Daniel Olivares.

Así las cosas, implementar la infraestructura tecnológica de hardware y software necesaria para la gestión y coordinación de consumos eléctricos flexibles se presenta como una compleja y desafiante misión. Lo anterior, debido a que, según los expertos, la integración de energías renovables a la red energética permite pensar la demanda energética bajo un nuevo paradigma: que los costos asociados al consumo eléctrico pasen de la generación de esta energía, a la infraestructura. Es algo similar a lo que ocurre con Netflix: el usuario paga por la logística tras cada película, no el valor de cada film.

Los investigadores destacan que esta flexibilidad es cada vez más valiosa, ya que se estima que, al año 2030, el rango aproximado de los costos asociados a la flexibilidad en el sistema ronda entre los US$ 150 millones y US$ 350.

"Esta flexibilidad se puede dar a través de la demanda. El proyecto que estamos realizando permite coordinar y gestionar la demanda y abre la posibilidad para diseñar contratos asociados a la electricidad, con más atributos (similar lo que ha ocurrido en la telefonía)", destaca Matías Negrete.

A consideración de ambos investigadores, se trata de una oportunidad para Chile de integrar energía renovable, obtener energía más barata, ser parte de la cadena de valor, complejizar la economía, generar industria y nuevos negocios en torno a los nuevos sistemas de electricidad electricidad.

"La regulación y mercados bien diseñados harán de la transición a este nuevo sistema eléctrico una oportunidad de crecimiento y desarrollo para el país", puntualiza Matías Negrete.

CONSUMOS FLEXIBLES EN EL SISTEMA ELÉCTRICO
Todo consumo eléctrico que tiene cierta holgura en la forma de consumir electricidad, sin impactar en la calidad del servicio obtenido, es un consumo flexible.
Ejemplos hay varios. En una piscina es necesario que la bomba de filtrado funcione un cierto número de horas por día, pero la cantidad de horas de funcionamiento, en específico, es irrelevante. En una planta desaladora que requiere desalar un volumen de agua por día, el momento en que se desala (asumiendo que hay un estanque) es irrelevante. Para cargarse, un auto eléctrico requiere de cierta cantidad de energía, pero la forma en que se carga es irrelevante.
Según los expertos, en todos estos ejemplos el servicio asociado al consumo eléctrico se obtiene de igual manera frente a múltiples formas de consumir la electricidad, y esa es la fuente de flexibilidad que el sistema puede aprovechar.


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