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Presidente de la Sofofa sale al paso de propuestas compensatorias por la reforma tributaria. Bernardo Larraín subraya que "la primera y principal (compensación) es el mayor crecimiento" y que "antes que considerar subir impuestos, revisemos la justificación de regímenes especiales y exenciones".

"No cabe hablar desde las preferencias personales, el debate debe ser sobre las buenas políticas públicas"

miércoles, 29 de agosto de 2018

Matías Berríos
Economía y Negocios
El Mercurio




"No cabe hablar desde las preferencias personales, el debate debe ser sobre las buenas políticas públicas para el país (...) Antes que considerar subir impuestos, revisemos la justificación de regímenes especiales y exenciones". De esta forma, el presidente de la Sofofa, Bernardo Larraín, salió al paso de la propuesta hecha por el timonel de la Confederación de la Producción y del Comercio (CPC), Alfonso Swett, quien en el marco de la reforma tributaria presentada por el Gobierno planteó compensar una menor recaudación por la reintegración del sistema vía un aumento de los impuestos a "los dueños" de las empresas.

"Voy a dar una opinión personal, que no representa a la CPC y sus ramas (...) Es tan importante volver al sistema (tributario) integrado, que si falta compensación yo estoy disponible para que mi impuesto personal me lo suban. Yo lo que necesito hoy es que las empresas anden bien. Y si hay que sacrificar el que los dueños tengan que pagar más impuestos, yo estoy disponible", indicó Swett el domingo en Pulso.

"La primera y principal (compensación) es el mayor crecimiento que esperamos", subrayó Larraín, quien esta tarde encabezará la reunión mensual del Consejo General de la Sofofa.

-¿Qué le parece que el presidente de la CPC planteara a título personal subir los impuestos a las personas?, ¿cómo toma ese tipo de declaraciones?

"Con Alfonso Swett y la CPC estamos trabajando juntos y muy alineados, y lo seguiremos haciendo. Pero en mi condición de presidente de la Sofofa, un gremio que representa a más de 4 mil empresas y 70 gremios regionales y sectoriales, no cabe hablar desde las preferencias personales, el debate debe ser sobre las buenas políticas públicas para el país. Por otra parte, nuestro rol no es ser parte del guion de las dinámicas políticas, nuestro rol es más bien colaborar en romper las inercias de la discusión cortoplacista, para llevarlo a un debate sobre qué conviene al país en el mediano y largo plazo".

-Como Sofofa, ¿qué están dispuestos a sacrificar por el bienestar de las empresas?

"Estoy seguro que todos los liderazgos gremiales y las instituciones que dirigimos, estamos haciendo mucho por las empresas y, por lo tanto, por el país. Y el mejor aporte que podemos hacer, por una parte, es promover una evolución sistemática en nuestras culturas empresariales y, por otra, activarnos transparentemente en el debate de las políticas públicas de largo plazo para nuestro país. Para ello, en Sofofa trabajamos con nuestros gremios sectoriales y regionales, de manera que los planteamientos y propuestas que sometemos al debate público recojan las distintas visiones y realidades que afectan a los empresarios en todo Chile, para que nuestras posiciones sean más institucionales que personales, sobre todo en materias tan estructurales para la economía del siglo XXI, como es el sistema tributario. Es por ello que, por ejemplo, hicimos público un documento que contiene modernizaciones en cuatro áreas para aumentar el crecimiento del país en el largo plazo, y que luego profundizamos en el pilar tributario".

-¿Ustedes ven como una fórmula viable la posibilidad de subir los impuestos a las personas y bajar a las empresas?

"Hemos dicho que el foco principal de un sistema tributario para el siglo XXI es la empresa que quiere crecer para que, entre otras cosas, pueda desafiar a las empresas grandes y establecidas. El sistema tributario actual le muestra a ese emprendedor que quiere llegar a ser un gran empresario que en tiempos de vacas gordas tendrá que compartir con el Estado un 44,5% de los frutos de su esfuerzo emprendedor, y en vacas flacas -que siempre las hay- tendrá que soportar sin ayuda las pérdidas. Y no solo eso, sino que además observa que el impuesto de primera categoría, que no es otra cosa que el peaje que le cobran en la mitad de la ruta -precisamente en aquella donde toma más riesgos y donde requiere reinvertir utilidades para crecer- solo se ha movido al alza en los últimos años hasta llegar a una tasa de 27%, que es 10 puntos más alta que la que tendrá Inglaterra en 2020. Solo el empresario establecido, que ya creció y que está en una etapa de calma y estabilidad, puede sentirse cómodo con una carga tributaria de esa magnitud. Ambos peajes deben ser más competitivos si Chile quiere ser un país de emprendedores que crecen".

-¿Cómo piensan compensar la integración y la rebaja en el impuesto a las empresas que sugieren?

"Primero, el consenso político decía que había que mantener la recaudación. En su informe financiero, el Ministerio de Hacienda indica que esta no solo se mantiene, sino que en régimen aumenta. Antes de hablar de compensaciones, ¿no merece acaso tal estimación el beneficio de la duda? Y, hablando de compensaciones, la primera y principal es el mayor crecimiento que esperamos. Y antes que considerar subir impuestos, revisemos la justificación de regímenes especiales y exenciones, algunas de las cuales han pasado a ser privilegios para algunos".

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