A todos los asistentes -y televidentes- que ayer disfrutaban de la IndyCar se les pusieron los pelos de punta cuando en la vuelta 7 de la cita de Pocono el monoplaza del piloto canadiense Robert Wickens voló y chocó violentamente contra las protecciones por encima del bólido de Ryan Hunter-Reay, con el que se había tocado. Wickens, campeón de las World Series en 2011, fue rescatado entre los restos del coche y trasladado inmediatamente a un hospital cercano. Varios minutos después, el vicepresidente de comunicaciones de la competencia, Curt Cavin, devolvió la calma al informar que el norteamericano se encontraba "consciente y alerta".