Mientras Usain Bolt busca una oportunidad como futbolista, uno de sus grandes sueños de infancia, el atletismo espera al sucesor del jamaiquino en las pistas. Cumplido ya un año de su adiós -se despidió el 12 de agosto de 2017 en el Mundial de Londres-, la velocidad atraviesa por una meseta en la que jóvenes sprinters surgen como herederos, con Doha 2019 y los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 como las estaciones para confirmar esas expectativas. Considerando la veteranía del actual monarca planetario de los 100 metros, Justin Gatlin (36 años), son otros los hombres llamados a dominar la escena. Y entre ellos hay otros dos estadounidenses que acaparan la atención durante la temporada: Noah Lyles y Ronnie Baker. El primero tiene 21 años, derrocha carisma y muestra un doble mérito: luce los mejores tiempos de 2018 en 100 (9.88) y 200 metros (19.65), ambas plusmarcas personales. A esa edad, Bolt corría el doble hectómetro en 19.91. Baker (24) se enfoca en la recta, donde esta temporada ha ganado cinco fechas de la Liga de Diamante y comparte el crono más veloz con Lyles. Ambos encabezan un grupo al que ya se habían sumado cartas como su compatriota Christian Coleman (22, plata en los 100 m de Londres 2017) y el canadiense Andre De Grasse (23, plata en 200 y bronce en 100 de los Juegos de Río 2016, y quien estuvo 9 meses inactivo por una lesión en el tendón de la corva). ¿Otras figuras? El chino Bingtian Su (28 años, 9.91 en 100) o el sudafricano Clarence Munyai (20 años, 19.69 en 200).