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Los requisitos de la ansiada historia clínica compartida

jueves, 16 de agosto de 2018


Ediciones Especiales
El Mercurio

Con exitosas experiencias, la interoperabilidad en salud en Chile avanza a paso firme. Aun así, los expertos coinciden en que hay mucho por hacer, como seguir promoviendo los consensos en materia de flujos, información y estándares de comunicación.



En los últimos años, la interoperabilidad en salud se ha vuelto una necesidad y una prioridad en Chile. Esto se relaciona, principalmente, al compromiso que han asumido los distintos actores que participan en el desarrollo e implementación de tecnologías sanitarias, con el objetivo común de mejorar la calidad de la atención clínica y la experiencia del paciente, junto con aportar en la seguridad y eficiencia de las prestaciones.

Por más de una década -e impulsado por una estrategia de Estado que buscaba la digitalización de los centros asistenciales- Chile ha tenido importantes avances en su proceso de transformación digital en salud, posicionándose como referente para diferentes países de la región, que ven con buenos ojos los resultados alcanzados.

Con el 84% de los centros de salud públicos de atención primaria implementados con ficha clínica electrónica, 55% de los hospitales con sistemas de información y más de un millón de teleasistencias, la tecnología ha sido protagonista del aumento de la resolutividad de las redes asistenciales chilenas, que además hoy tienen acceso a una serie de servicios digitales que colaboran en la atención en salud, como soluciones de inteligencia sanitaria, imagenología, laboratorio, agendamiento en línea e, incluso, portales para el paciente.

Pero el trabajo no está terminado. Para Carlos Mercado, uno de los principales expertos nacionales en interoperabilidad sanitaria y asesor senior de Rayen Salud, tseñala que todavía hay mucho por hacer, "especialmente en lo que respecta a concretar la conversación entre todas estas soluciones. La interoperabilidad en salud tiene como uno de sus principales objetivos la continuidad de la atención, logrando una mejor experiencia y percepción del paciente, permitiéndole moverse libremente por los centros de salud con su historia clínica digital completa y no fragmentada. Esto gracias a que les entrega a los profesionales sanitarios la oportunidad de ver toda la información clínica que necesita para tomar mejores decisiones de diagnóstico y tratamiento, resultando en una atención más segura e integral. Además, esto les permitiría a las personas acceder con mayor facilidad a sus datos y empoderarse", agrega Mercado.

LOS AVANCES EN

Coincide con él, Marco Terán, director de Desarrollo Digital de Fundación País Digital, quien señala que "los sistemas de información están al servicio de los ciudadanos.

En el contexto chileno, la interoperabilidad busca como fin último la concreción de hospitales digitales, donde los datos médicos de los pacientes estén disponibles, tanto para los centros médicos como para el propio paciente".

"Con la interoperabilidad, la idea es que los ciudadanos puedan acceder a sus fichas médicas, controlar sus listas de espera, utilizar pastilleros electrónicos, agendar horas, comparar el precio de sus medicamentos entre distintas farmacias y solicitar interconsultas virtuales", añade Terán.

Si bien, como explican los expertos, hay mucho por hacer en materia de interoperabilidad en salud, el país ha mostrado importantes avances en este camino, especialmente en la salud pública.

Los esfuerzos iniciales de interoperar se centraron, principalmente, en el proceso de "Referencia" desde la Atención Primaria hacia los hospitales, para sostener un primer pilar en el manejo digital de listas de espera de consultas de especialidades, y en los servicios de salud pioneros del país en su digitalización.

En la misma línea, Carlos Mercado señala que "en Chile existen casos exitosos en esta materia, impulsados por una industria tecnológica que ha invertido en conocimiento y tecnología instalada. Por ello, ya en el año 2009 lográbamos la integración de derivación entre las atenciones primaria y secundaria, como también, entre hospitales de baja y alta complejidad".

"Hoy, luego de un gran camino recorrido, podemos decir que hemos colaborado en la implementación de estrategias de interoperabilidad en seis redes asistenciales de salud pública en Chile, impactando directamente en una mejor experiencia y atención de cuatro millones de personas. Esto gracias a la relevancia que le hemos dado como organización a la inversión en capital humano y tecnología, que ha sido reconocida por diversos expertos internacionales", agrega el profesional de Rayen Salud.

Si bien lo lógico sería pensar que estos avances a los que se refieren los expertos están concentrados en la capital, lo cierto es que hay exitosas experiencias en regiones. Una de ellas es en la red del Servicio de Salud Arauco, que luego de implementar una solución tecnológica que permitía la interoperabilidad entre sistemas de registro clínico electrónico, logró conectar al Hospital de Curanilahue -con un promedio anual de 7 mil egresos hospitalarios y más de 70 mil atenciones de morbilidad y controles- con la totalidad de los centros de salud de atención primaria de su red, que atienden a más de 160 mil personas, posicionándose como uno de los pocos hospitales 100% digitalizados del país y que hoy puede enviar y recibir el historial de sus beneficiarios entre los distintos niveles asistenciales.

LOS ESTÁNDARES COMPARTIDOS

Para Marco Terán, avanzar en interoperabilidad "requiere de establecer las bases que permitan una comunicación más fluida entre las tecnologías que intervienen en la salud, por medio de estándares internacionales".

En ese sentido, el país ha sido testigo en los últimos años de un gran esfuerzo público-privado por generar las sinergias en torno a la adopción de estándares internacionales en materia de interoperabilidad en salud, como FHIR o HL7, con el objetivo de implementar un lenguaje común y seguro para la transferencia de los datos de los pacientes.

De este modo, se han realizado una serie de esfuerzos de coordinación y colaboración público-privada, que han convocado a la industria y al ecosistema de salud a avanzar con este norte, mediante charlas y mesas de trabajo, que han sentado las bases de un trabajo conjunto por alcanzar el desafío de la historia clínica compartida.

En la misma línea, en 2017 se presentaron los resultados del piloto "Cuenta Médica Interoperable", un trabajo inédito que unía por primera vez a la industria tecnológica con prestadores públicos y privados en torno a la interoperabilidad clínica y financiera, bajo estándares internacionales de comunicación.

Los resultados de este piloto trascienden hasta el día de hoy, puesto que los prestadores continuaron tributando sus datos clínicos y financieros hacia el Fondo Nacional de Salud (FONASA), con el objetivo de entregarle a la institución más insumos para la toma de decisiones de políticas públicas e inversión.

EL FUTURO DE LA INTEROPERABILIDAD EN SALUD DE CHILE Y SUS BENEFICIOS
No hay duda de los importantes beneficios que trae consigo la interoperabilidad en salud, tanto para mejorar la experiencia del paciente y empoderarlo de sus datos, como para la gestión y resolutividad de las redes asistenciales.
Si bien la experiencia demuestra que se ha avanzado en el sentido correcto, con casos de éxito aplaudidos a nivel internacional, todos los actores del ecosistema de tecnología en salud coinciden en que falta mucho porhacer.
En ese sentido, Carlos Mercado señala que "actualmente los espacios de interoperabilidad en salud abordan procesos muy importantes para la gestión de listas de espera y para la adecuada información de FONASA, pero es importante que avancemos en conjunto para expandirla hacia otros procesos, que permitan implementar una estrategia nacional de Historia Clínica Integrada y Compartida, independiente de los prestadores de los registros clínicos electrónicos en uso".



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