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Nuevos desafíos de seguridad:

Vecinos de Chile refuerzan sus fronteras para combatir contrabando y narcotráfico

viernes, 10 de agosto de 2018

Nicolás García de Val
Internacional
El Mercurio

Bolivia duplicará el número de efectivos militares en sus límites y Argentina acaba de reformar sus FF.AA. para que asistan en tareas internas, mientras que Perú ha implementado nuevas tecnologías de identificación.



Las Fuerzas Armadas bolivianas acercarán a las fronteras con Chile y Perú 24 puestos militares para reforzar la lucha contra el contrabando. De esa forma el gobierno de Evo Morales sigue el ejemplo de otros países en la región que están destinando a los militares a labores de seguridad interna y de control territorial.

El Ministerio de Defensa boliviano, además, informó que se duplicará la cantidad de efectivos en estos cuarteles, así como la provisión de vehículos y equipamiento de nueva tecnología, sin precisar el personal con el que actualmente cuentan. Todo esto con el fin de frenar el contrabando en las decenas de pasos ilegales existentes en los cerca de 6.800 km de fronteras que tiene el país. El plan -que incluye 19 cuarteles en el límite con Chile y cinco con Perú- busca también alejar los puntos de control de centros urbanos, desde donde se pueda prestar ayuda a los contrabandistas.

Se espera que las unidades también apoyen al control del narcotráfico en el país, que según la ONU es el tercer mayor productor mundial de cocaína.

El gobierno de Morales ha identificado 116 de estos pasos no habilitados en la frontera con Chile, pero la policía no ha sido capaz de controlar todos, por lo que se dispuso la ayuda de las tropas.

Las unidades militares serán desplegadas primero en toda la zona limítrofe con Chile y, luego, en gran parte de la frontera con Perú. Poco después, se controlarán zonas fronterizas con Brasil, Paraguay y Argentina.

Precisamente, este último país dio un giro al comenzar a utilizar a las Fuerzas Armadas para el control de los límites nacionales. El Presidente Mauricio Macri acaba de implementar una reforma que va en esa dirección al establecer que los militares deben actuar ante agresiones externas de cualquier tipo, no solo de otro Estado. Esto incluye el control de los casi 15.000 km de frontera que tiene el país, gran parte de ellos en zonas inhóspitas o cordilleranas.

La semana pasada, el Mandatario puso en marcha el plan al desplegar 500 soldados a la frontera norte y para fin de año se espera que haya 4.000 efectivos.

El cambio implementado por Macri establece que la misión de las FF.AA. es intervenir en cuestiones como "objetivos estratégicos" y combatir "agresiones externas", conceptos que han generado recelos en algunos sectores por las interpretaciones que se puedan hacer de ellos, aseguró The New York Times.

Perú -el segundo mayor productor de cocaína según la ONU- también está buscando reforzar sus fronteras y acaba de anunciar que el 24 de agosto inaugurará un sistema de identificación facial y dactilar en el puesto de control en la región norteña de Tumbes, que limita con Ecuador, con el fin de controlar la llegada de extranjeros.

Las FF.AA. de ese país regularmente llevan a cabo operaciones antidrogas en conjunto con la policía y el mes pasado lanzaron un megaoperativo en la localidad de Putumayo (en la frontera con Colombia) -apoyados por helicópteros, aviones y barcos- en el que detuvieron a más de 50 personas.

Fenómeno regional

En mayor o menor grado, todos los países latinoamericanos han identificado el resguardo de sus límites como un aspecto prioritario de sus agendas; y las Fuerzas Armadas de casi todos ellos han jugado un papel importante, especialmente en la lucha contra el narcotráfico.

Brasil -que incluso ha utilizado militares para intentar controlar la violencia en ciudades como Río de Janeiro- regularmente destina tropas para zonas limítrofes estratégicas. En junio de este año, unos 600 efectivos del Comando Militar del Oeste (CMO) fueron enviados a la frontera con Bolivia y Paraguay, para controlar el tráfico de drogas y armas, comunes en la región. Países como Ecuador y Colombia también mantienen fuertemente resguardadas sus regiones limítrofes.

"Los gobiernos se están dando cuenta de que la fuerza policial no tiene la capacidad para enfrentar la magnitud de problemas como la violencia criminal o el tráfico de drogas y, en muchos casos, pueden sentir la necesidad de llamar a las FF.AA. A esto se suma el cambio en el tipo de amenazas fronterizas, que ya no provienen de estados ni de ejércitos extranjeros, sino de organizaciones delictivas", dijo a "El Mercurio" David Pion-Berlin, profesor de la Universidad de California y autor de "Military Missions in Democratic Latin America".

De acuerdo con un informe de la organización Red de Seguridad y Defensa de América Latina, desde 2004 las Fuerzas Armadas de la región han visto redefinidas sus misiones para incluir acciones de apoyo a la seguridad pública, contra el narcotráfico, patrullajes, protección de centros penitenciarios, controles en zona de frontera y apoyo en caso de desastres naturales.

Para los expertos, el narcotráfico es la principal razón que ha llevado a los gobiernos a intentar dar uso a fuerzas que, a falta de conflictos bélicos entre estados, muchas veces se quedan en los cuarteles. "En la actualidad, en mayor o menor medida, todas las Fuerzas Armadas de la región están involucradas en la lucha contra el narcotráfico. La excepción es Chile", aseguró Sergio Eissa, politólogo experto en Defensa de la Universidad de Buenos Aires.

4.000
efectivos militares espera desplegar Argentina en su frontera norte para fin de año.

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