Emblemática grifería Nibsa cierra su planta productora
jueves, 09 de agosto de 2018
Luis Musquiz
Economía y Negocios
El Mercurio
El cierre de la planta de contenedores refrigerados de Maersk en San Antonio, la quiebra de la constructora CIAL en Temuco, el término de la unidad productiva de Iansa en Linares y el fin de la planta de Pastas Suazo en Curicó. Distintas compañías se han visto obligadas en el último tiempo a recortar sus procesos productivos o, derechamente, a cesar sus operaciones. Entre ellas se estima que cerca de 2.660 personas han quedado desempleadas en pocos meses. Ayer se confirmó que otra emblemática compañía engrosará este número. Se trata de la tradicional grifería Nibsa, firma ligada a la familia García Ortiz, con 73 años en el negocio. Mediante un hecho esencial enviado a la Comisión para el Mercado Financiero (CMF), el gerente general de la grifería nacional, Cristián Espinosa, sostuvo que el directorio de la sociedad, por unanimidad, decidió reconvertir Nibsa en una empresa comercializadora, lo que implica suspender en forma definitiva los procesos productivos de fundición y mecanización de productos que se ejecutan en su planta de San Joaquín. El proceso de cierre del área productiva será desde el 31 de agosto. El cierre del área productiva de Nibsa involucra la desvinculación aproximada de 130 empleados, a quienes se les pagará un monto estimado de indemnización por años de servicio de aproximadamente $1.000 millones. A su vez, la compañía también señaló que ofrecerá cursos de capacitación en gasfitería y otras actividades afines a los trabajadores que serán desvinculados, con el fin de facilitar su reinserción laboral. La firma también señaló que, dada la paralización de los procesos productivos, se producirán efectos en la valorización del activo fijo de la sociedad. Sin perjuicio de lo anterior, la decisión de suspensión definitiva se deberá ratificar en una junta extraordinaria de accionistas citada para el 27 de agosto. A su vez, Nibsa también descartó un eventual desabastecimiento del mercado local. De hecho, en su planta mantendrá sus equipos y maquinarias. En su memoria del año pasado, el presidente de Nibsa, Rafael Concha, ya había informado a los accionistas sobre el complejo presente de la compañía. "Lamentablemente, en el ejercicio 2017 los resultados no fueron los esperados, con una rentabilidad negativa de un 1,41%. Pese a lo anterior, nuestros índices de liquidez y solvencia mejoraron notablemente, lo que nos permitirá hacer las reestructuraciones necesarias para los nuevos tiempos", sostuvo en la carta". Añadió que "estamos haciendo nuestros mejores esfuerzos para recuperar los buenos niveles de venta que mantuvimos en otras épocas, tomando decisiones que nos permitan revertir estos resultados".
