Lo que hace unas semanas se asomaba como una mera posibilidad en la ya extensa batalla entre los taxistas de Londres y las empresas de transporte entre privados, terminó volviéndose realidad esta semana. Este lunes, los conductores de taxis confirmaron los rumores e informaron que interpondrán una millonaria demanda colectiva en contra de Uber -firma que recobró su licencia para operar en la ciudad hace solo un mes-, exigiendo el pago de US$ 650 millones por los daños y pérdidas monetarias que el funcionamiento de la plataforma le ha provocado a su negocio. En concreto, son treinta los sindicatos de conductores de taxi los que se sumarán a la acción judicial, la que ingresaría a los tribunales esta misma semana y buscará demostrar cómo la compañía estadounidense ha operado "ilícitamente" en la capital británica desde 2012, provocando una fuerte disminución en sus ingresos.