jueves, 19 de julio de 2018
El_Mercurio
La tecnológica es acusada de abuso de posición dominante al exigir que los dispositivos Android instalen sus propias aplicaciones.
Aunque las disputas entre las gigantes tecnológicas y la Unión Europea ya se prolongan por varios meses acaparando la atención de los medios a causa de las polémicas por el pago de impuestos en el Viejo Continente, un nuevo round tuvo lugar este miércoles. Esta vez, los millones en ingresos de las firmas de Silicon Valley no fueron los protagonistas, sino que las leyes antimonopolio que una de estas empresas estaría incumpliendo en territorio europeo y que provocaron que el departamento responsable de las políticas de competencia de la Unión Europea impusiera la mayor sanción económica de su historia. Y es que la mañana de ayer, y tras una investigación que se prolongó por más de dos años, Bruselas determinó que Google deberá pagar US$ 5 mil millones por abuso de posición dominante. En concreto, la firma de Silicon Valley es acusada de utilizar su sistema operativo Android para mantener su posición dentro del mercado, dado que según la UE, Google obliga a los fabricantes de smartphones que desean utilizar este sistema y acceder a Google Play (su tienda virtual) a instalar las aplicaciones propias del buscador como Google Chrome, correo electrónico, mapas, etc. en sus celulares. Esta práctica, según la justicia europea, favorecería a Google por sobre su competencia y explicaría en parte por qué de la totalidad de las búsquedas realizadas en los millones de dispositivos Android, un 95% de ellas se hayan realizado a través de Google Search. No es la primera para la tecnológica "Google ha utilizado Android como vehículo para consolidar el dominio de su motor de búsqueda" fueron parte de las declaraciones iniciales de Margrethe Vestager, responsable de política de competencia de la UE, quien no dudó en asegurar que este tipo de prácticas han privado a sus competidores de la posibilidad de innovar y competir en función de sus méritos, además de "impedir a los consumidores europeos de beneficiarse de una competencia efectiva en un ámbito tan importante". Con esta multimillonaria sanción, Google solo rompe el récord que ella misma había registrado el año pasado, cuando la misma Unión Europea interpuso una multa de US$ 2.820 millones en contra de la firma, esta vez por beneficiar los resultados de búsqueda de su propio servicio de comparación de compra de productos Google Shopping por sobre sus rivales. De esta manera, sumando ambas multas, en menos de doce meses, Google ha sido sancionada a pagar más de US$ 7.800 millones por incumplir con las leyes europeas, monto que podría seguir aumentando en caso de que la compañía no ponga fin a estas prácticas u otras que tengan los mismos fines en un plazo de 90 días. Ya desde ayer, la UE dejó en claro que en caso de reincidir en estas prácticas o transgredir en lo establecido por el organismo regional, Google recibirá nuevas multas, pero esta vez equivalentes al 5% del volumen diario del negocio de Alphabet, la matriz del buscador. Apelación en camino Pero la decisión del organismo comunitario no pasó desapercibida en Google, quienes lejos de acatar sin reparos la millonaria sanción, refutaron los argumentos expuestos por la comisión. De esta manera, el máximo responsable de Google, Sundar Pichai, emitió un comunicado dirigido a los usuarios de la firma y especialmente a los que ocupan el sistema Android, donde desmienten que los fabricantes deban incluir sus servicios obligatoriamente, ya que "ellos pueden elegir si desean instalar apps que compiten con las nuestras", asegurando que el paquete de aplicaciones preinstaladas solo aseguran que el teléfono "simplemente funcione". "Android ha creado más libertad de elección para todos, no menos", fueron parte de los descargos de Pichai, quien también aprovechó de confirmar que Google apelará de la sentencia de Bruselas, proceso que podría tardar varios meses, pero que en caso de ratificar la sanción económica, significará la repartición del millonario monto entre cada país miembro de la Unión.
