El desarrollo de la alfarería estuvo estrechamente ligado con el auge de la pesca experimentado tras la última Edad de Hielo, ya que las vasijas de cerámica se convirtieron en una herramienta cotidiana para almacenar pescado. Así lo plantea un estudio de la U. de York, basada en el análisis de unas 800 vasijas principalmente de Japón, país reconocido como uno de los núcleos de innovación en cerámica. La asociación entre cerámica y pescado se mantuvo estable hasta el período posglacial, cuando la expansión de los bosques trajo consigo la caza y recolección de plantas, y en paralelo la alfarería empezó a crecer en cuanto a volumen de producción y variación de formas.