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Hallazgos fueron publicados ayer en Nature Cell Biology:

Estudio chileno con peces y moscas da pistas sobre el desarrollo cerebral

martes, 17 de julio de 2018


Vida Ciencia Tecnología
El Mercurio

Científicos descubrieron el nuevo rol de una proteína que controla el movimiento de las células y que contribuye a la formación del cerebro.



Peces cebra, moscas y ratones son los protagonistas de un estudio chileno inédito sobre el cerebro, en el cual se pudo analizar el rol que cumple una proteína llamada IRE1: controla la dinámica del citoesqueleto -sistema compuesto de proteínas que da soporte a la célula y permite el desplazamiento de las mismas-, contribuyendo así a la formación del cerebro en sus primeras etapas del desarrollo.

Científicos del Instituto Milenio de Neurociencia Biomédica (BNI), y del Centro de Gerociencia, Salud Mental y Metabolismo (GERO) -ambos de la Universidad de Chile-, además de investigadores de Francia y Japón, son los responsables de este trabajo que permitió, por primera vez, definir la conexión entre el equilibrio proteico, el movimiento de las células y el desarrollo cerebral.

La investigación fue publicada ayer en la revista Nature Cell Biology, convirtiéndose así en el segundo artículo nacional que figura en este medio científico.

Según explica el doctor Hery Urra (34), quien encabeza el equipo de investigadores, el sensor de estrés IRE1 es una proteína encargada de detectar y controlar cómo las células responden al estrés celular ocasionado por el mal plegamiento de proteínas. Dicho elemento está presente en todas las células y se ha conservado dentro de la evolución de las especies, razón por la cual se pudo explorar en diversos animales.

En investigaciones previas se había demostrado el papel central que este sensor juega en el desarrollo de enfermedades neurodegenerativas. Ahora, se describió esta nueva función, en la que el IRE1 promueve la migración celular, proceso crucial en la arquitectura celular y en la formación del cerebro.

"Pudimos describir una función nueva de este sensor, gracias a las diversas colaboraciones -precisa el doctor Urra-. Esto demuestra que los centros de excelencia chilenos funcionan muy bien y son una iniciativa que hay que impulsar aún más".

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