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En algunos centros representa hasta el 50% del total de trasplantes:

La decisión de ser un donante vivo de riñón crece en el país

martes, 17 de julio de 2018

C. González
Vida Ciencia Tecnología
El Mercurio

Es una opción que ha tomado fuerza a medida que aumenta el número de pacientes en espera de un órgano y que disminuye la cantidad de donantes cadáver.



En Chile, alrededor de 1.820 personas están a la espera de un trasplante de órgano, y de ellas, la gran mayoría (poco más de 1.600) necesita un riñón, según las últimas cifras del Ministerio de Salud. Una situación que choca de frente con una realidad poco optimista: la brusca baja de donantes que se ha producido este año.

Si bien en 2017 se alcanzaron registros históricos de donación y trasplante, el primer semestre de este año, en relación con igual período del año pasado, el número de donantes cayó casi la mitad (de 96 a 52), por lo que los especialistas temen que la tasa de donantes en 2018 podría ser la más baja en las últimas dos décadas.

A medida que el número de pacientes en espera de un órgano crece y la cantidad de donantes disminuye, la medicina hoy se orienta a las posibilidades que entrega la donación de órganos de pacientes vivos.

"Debido al descenso dramático que vivimos de donante cadáver, el donante vivo ha tomado un rol importante", enfatiza el doctor Mario Ferrario, cirujano de la Clínica Las Condes.

Javier Fernández (49) es médico veterinario y hace diez años donó uno de sus riñones a su sobrino Diego Toro, entonces de 16 años, y quien tenía un problema de nacimiento que lo llevó a necesitar diálisis a los 15 años. "Cuando supimos que la única opción era el trasplante, no lo dudé. Siempre sentí que todo iba a salir bien y fue impresionante ver a Diego al día siguiente de la operación: se veía bien, de buen ánimo, feliz".

Aunque no se tiene un registro oficial a nivel nacional, en algunos centros que realizan trasplantes reconocen un aumento en el número de procedimientos con donante vivo. En la Clínica Las Condes el 30% de los trasplantes renales se obtienen de esta fuente, una cifra similar registra el Hospital Barros Luco Trudeau; en tanto, en la Clínica Santa María el porcentaje llega al 50%.

"En Chile partimos realizando trasplantes principalmente con donante vivo (llegaba al 60% a mediados del siglo pasado) y progresivamente la cifra fue bajando hasta llegar al 5%, hace unos 20 años. Desde entonces ha comenzado a crecer esa curva", comenta la doctora Jacqueline Pefaur, jefa del Programa de Trasplante Renal de la Clínica Santa María.

En el Barros Luco, agrega la especialista -en donde se desempeña como jefa de Nefrología, Diálisis y Trasplante-, "prácticamente trasplantamos a un paciente por semana con donante vivo".

Seguro y programado

Por fortuna, la tendencia es diferente a la que se observa en EE.UU. Allí, según un informe publicado en la revista de la Sociedad Americana de Nefrología, la cifra de trasplantes renales con órganos de donantes vivos ha disminuido desde el 2005.

En ese período, la donación masculina se redujo en 25%, mientras que en las mujeres la caída fue de apenas 5%. Un dato no menor: aunque la mayoría de los receptores son hombres, las mujeres eran el 63% de los donantes vivos en 2016.

A nivel local, la doctora Pefaur reconoce una tendencia similar. "Las mujeres siempre han sido más generosas; si califican para donar, las mamás o hermanas son las primeras en ofrecerse".

Según la experiencia de Javier, no cabe duda. "Algunas de mis hermanas también se ofrecieron para darle un riñón a Diego, pero como yo tenía sangre compatible y estaba en buena condición de salud, era la mejor opción. Nunca tuve temor de que me fuera a fallar el otro riñón. Y hasta ahora no he tenido problemas ni cambios en mi calidad de vida".

De hecho, una de las ventajas de este tipo de donación es que se suele escoger el mejor órgano posible, de personas sanas y meticulosamente seleccionadas, comenta el doctor Ferrario. Además, se realiza con una cirugía programada, que reduce los riesgos tanto para el receptor como para el donante.

Salvo algunas restricciones, como dejar de fumar, no excederse con el alcohol o evitar deportes de contacto, los donantes pueden mantener el mismo estilo de vida previo a la cirugía.

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