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Estudio en Chile:

Retrato al "Stalking", el acoso de las ex parejas

martes, 17 de julio de 2018

Por Muriel Alarcón y Antonia Domeyko.
Crónica
El Mercurio

Un reciente estudio sobre "stalking" -acoso y hostigamiento- realizado por Carabineros identificó que el victimario más frecuente correspondía a una ex pareja. Por medio de un análisis de partes a nivel nacional, entre 2016 y 2017, también se demostró que el 89 por ciento de las veces las víctimas eran mujeres de entre 18 y 35 años. El problema es que este tipo de acecho continuo, ya sea ejercido a través de redes sociales o físicamente en la calle o fuera del trabajo, no está tipificado en la ley; es decir, no existe ninguna sanción.



Terminé con él hace poco más de dos años. Ya no nos tratábamos bien. Empezaron los insultos, la grosería, los garabatos. Era mutuo. Yo sentía que no podía vivir sola, por eso lo seguía aguantando. Hasta que un día me levantó la mano y me pegó. Decidí irme de casa. Al hacerlo pensé que ya no lo volvería a ver más, pero ahí fue que realmente empezó el problema.

Jocelyne Zapata, 36 años, empleada en un centro de estética en La Cisterna, se refiere al acoso u hostigamiento que comenzó a recibir por quien fuera su pareja por diez años y también padre de su hijo menor, hoy de nueve.

Al principio, dice, él la llamaba todos los días por teléfono, a cada rato. Ella lo bloqueaba, pero él se las ingeniaba para contactarla a través de distintos números y así podía estar incansablemente. Jocelyne Zapata no podía cambiar su teléfono; sus clientes tomaban hora por ahí para depilación.

-Él me decía que me amaba, que lo perdonara. Cuando yo le decía que no, que lo de nosotros había terminado, empezaban los insultos. Él pretendía que así me conquistaría de nuevo.

El acoso fue aumentando. Además de las llamadas, su ex pareja comenzó a rondar los alrededores de su trabajo, a deambular por los pasillos aledaños al local donde trabaja.

Todos los que trabajan con ella lo saben: que a Jocelyne Zapata su ex pareja la hostiga. Lo ven: lo ven a él paseándose. Y hay veces en que Jocelyne se ha logrado esconder, pero en otras se ha encontrado cara a cara con él.

-"Vámonos juntos, yo no voy a volver a ser igual, yo ya estoy más maduro", me ha dicho varias veces, pero yo sé que son puras mentiras. Yo estuve con él diez años y en ese tiempo nunca cambió, siempre fue el mismo, inclusive peor. Cada vez se fue poniendo más violento.

***

El año pasado, un grupo de diez Carabineros, entre ellos un psicólogo, un sociólogo y un experto en estadística de la Dirección de Investigación Criminal, analizó los partes entre enero de 2016 y agosto de 2017. El objetivo: ver todos aquellos casos en los que se denunciaba lo que en inglés se entiende como "stalking". Su traducción al español no es precisa, pero alude a varios conceptos. Entre ellos: acoso, acecho, hostigamiento o persecución.

-Nos quisimos focalizar en temas en torno a la violencia de género, específicamente contra la mujer, porque estamos siempre muy atentos a la cifra de femicidios, que de hecho el año pasado tuvo varios boom -dice el teniente Óscar Valdés, psicólogo detrás del estudio.

En el análisis de uno a uno de los partes se logró dibujar un perfil respecto al fenómeno del hostigamiento y el acoso. Detectaron 708 casos. De esos, el 89 por ciento de las víctimas eran mujeres, tenían entre 18 y 35 años, y el 84 por ciento de los agresores eran hombres. Y la relación entre la víctima y el victimario, el 65 por ciento de las veces correspondió a ex parejas.

-Es una ex pareja que no finalizó muy bien la relación. Se para afuera de tu casa, sabe toda tu rutina, te va a esperar a tu lugar de trabajo. Te contacta de alguna u otra forma, como crearse perfiles falsos de Facebook con la finalidad de mantener contacto contigo. Esto lo leímos en todos los partes -explica el teniente Valdés. También hay casos, que son los menos, en los que el acoso es ejercido por parte un pretendiente, un vecino, incluso un desconocido.

El problema, explica el teniente, es que la denuncia de este tipo de situaciones queda bajo la categoría de "Otros hechos", ya que no hay ningún delito según el Código Penal que los considere. De hecho, en su experiencia hay una cifra negra de mujeres que no denuncian, ya que saben que no hay sanción.

El abogado penal y académico de la Universidad Católica, Cristóbal Bonacic, confirma que efectivamente el acoso u hostigamiento no está tipificado en el Código Penal.

-Cuando hay casos de acosos de este tipo, no es constituyente de delito. Se tienen que dar situaciones que pueden denunciarse como delitos de amenaza, por ejemplo, o de maltrato. En ambos casos, las penas son bajas y no necesariamente se cumplen con cárcel -explica Cristóbal Bonacic.

Para Nicol Mulsow, trabajadora social, encargada de prevención educativa de la "Fundación Honra", dedicada a la prevención de la violencia de género desde 2012, el problema de la legislación chilena es que no se ha actualizado.

-Las mujeres no tienen ningún tipo de protección. Si una mujer camina por la calle y un tipo equis, hombre o mujer, comienza a seguirla a su casa, y comienza a tener esta conducta reiterativamente, un día, al día siguiente, un mes, lo que sea, no tiene ningún arma ni ningún tipo de protección legal para poder denunciar, y lograr que esa persona sea alejada o condenada, porque supuestamente no le está haciendo nada a pesar de que sea una situación de hostigamiento. No tiene ningún contacto físico con ella, solo la sigue. Sin embargo, ese vacío legal la deja en la completa desprotección -dice Nicol Mulsow.

En países como Estados Unidos y España, el hostigamiento sí tiene sanciones, mientras que en Chile las víctimas no tienen ningún resguardo frente a estos casos.

-En Chile, un individuo se puede parar afuera de la casa de cualquier persona, y quedarse ahí mirando toda la noche y no pasa nada. En Estados Unidos, eso es (causal) de detención -explica el teniente Valdés, y agrega:

-Hay una fase intermedia entre lo que es la normalidad de una persona hasta la agresión, la violencia intrafamiliar y el femicidio. Así partió este estudio, porque no podía ser que una persona que al parecer tenía una vida normal, de la noche a la mañana la maten. Hay algo entremedio que no estamos viendo. Y esto podría ser algo (una explicación) de lo que debe estar pasando entremedio.

Los casos aparecen continuamente en la prensa. Uno de los más recientes ocurrió a mediados de junio en Maipú. El joven Fabián Cáceres, de 18 años, confesó haber sido el autor del asesinato de su ex polola, de 17 años, y de su madre. De acuerdo a lo divulgado en la prensa, no soportó que ella terminara la relación amorosa, mientras que vecinos que fueron testigos contaron que lo habían visto anteriormente acercarse a la joven, amenazándola para que volviera con él.

***

C.R. -quien pide dar su testimonio bajo sus iniciales por temor a represalias- sufre de acoso por parte de su ex pareja hace un año y medio. Ese es el tiempo que ha pasado desde que se terminó la relación, el 1 de enero del 2017. C. R., de 21 años y hoy en tercer año de Ingeniería en Marketing, asegura que su pololeo, que se extendió por tres años, fue tormentoso, de mucha violencia psicológica, al punto de que ella se vio varias veces "retenida" por él en la pieza en la que vivieron mientras fueron pareja. Ella recuerda que su pareja no la dejaba estudiar: le daba celos verla con alguien, saber que se relacionaba con otros. Durante el día solía llamarla por video-llamadas. Quería vigilarla. Por esas razones y otras, terminó con él. Más de un año después, él sigue intentando acercarse.

-Sigo recibiendo sus mensajes. En una época, él comenzó en las noches a rondar en su auto por las calles cerca de mi casa. Decidí un día llamar a Carabineros y lo encontraron en mal estado, drogado y ebrio. Pero no saqué nada, porque lo soltaron un par de horas después -cuenta.

C.R. dice que después de aquella vez, su ex pareja no volvió a hostigarla en los alrededores de su casa. Pero siguió por otras vías como Facebook.

-Él insiste, insiste, insiste. Él todavía piensa que yo soy de él; que todavía podemos estar juntos. Su paranoia es muy grande. A veces me habla. Él no sabe que yo leo sus mensajes. No tienen sentido. Él escribe y se autorresponde -dice C.R..

El último mensaje es del 21 de junio. Son enviados en la madrugada y dicen cosas como: "Yo, al menos, no te he superado. Tenlo por seguro y lo siento a diario". "¿Cuál es la intención? Solo me daño al hablarte y que no respondas. Lo siento, la vida tiene que seguir". "Daría todo por tenerte conmigo. Pero ha pasado tanto tiempo que sé que no sientes nada y me siento solo y me carga, ya no quiero que sigas así, de verdad, por favor, te pido que ya no sigas haciendo esto. Te amo y a veces el amor es dejar ir".

Sus vecinos saben de la situación. Y en el pasado cuando reconocían su auto, la llamaban a ella o a su mamá para que no saliera en caso de que estuviera en la casa o para que no llegara si todavía no estaba. Muchos la habían visto peleando con él cuando eran pareja.

La psicóloga jurídica de la Universidad de Chile María Isabel Salinas trabaja con este tipo de casos en el juzgado de familia. Y explica que esta situación, generalmente, se debe a que una parte de la pareja no acepta el fin del conflicto.

-Uno podría verlo desde afuera o desde una posición romántica, de alguien que no acepta el término del conflicto y sigue amando, pero la verdad es que no es desde el amor lo que encontramos en los análisis, encontramos venganza. Eso de que "tú a mí no me puedes hacer eso". Se percibe como que el otro te debe algo, lo que se transforma en una serie de hostigamientos y de acosos para que se pague eso que se "debe".

Otra de las motivaciones que llevan a los hombres principalmente a acosar a su ex pareja, explica la psicóloga, son paradigmas socioculturales.

-Hay mucho de machismo, no toleran que la pareja los deje porque tienen algún sentido de posesión sobre ella. Le perteneces, porque a los machos no se les deja. Es una creencia cultural.

Explica también que para la persona que es acosada u hostigada, esta situación se transforma en un quiebre en el continuo de la vida, ya que no se le permite retomarla y cerrar los ciclos.

-La sensación para las víctimas es de miedo; y vivir con miedo es algo terrible. Es una especie de tortura que les impide retomar sus vidas, proyectarlas. La víctima hace cosas para evitarlo y esas cosas generan una respuesta negativa en el otro, como hacer una denuncia. Otras cosas que hacen las víctimas son bloquearlo del WhatsApp, cambiar su número de teléfono o borrarse sus perfiles en Facebook. Se puede cambiar de barrio, de ciudad, o irse a vivir de repente con familiares, con los que no tiene ganas de vivir, pero lo hacen porque tienen miedo -dice la psicóloga María Isabel Salinas.

***

Jocelyne Zapata dice que su ex pareja a veces la llama por teléfono diciéndole que deben hablar "sobre lo del niño" (como le llama al hijo que tienen en común). Pero ella sabe que es una excusa para convencerla de que vuelvan a estar juntos. Lo sabe porque varias veces lo hizo en el pasado. Y en todas fue igual:

-El niño pasaba a segundo plano, y él lo único que me decía era: "ya pues Jocelyne, volvamos, estemos juntos, conmigo vas a estar bien".

Luego, sin embargo, era capaz de amenazarla de muerte. Todo empeoraba si la veía con alguien.

-"Estás con el maldito", me decía y amenazaba con "masacrar" a quien me acompañara-agrega.

Nicol Mulsow, de la Fundación Honra, dice que si lo más común entre convivientes es la violencia verbal y la física, entre ex parejas lo es el asedio, sin contacto físico. Según su experiencia, los acosadores que le ha tocado identificar siguen un perfil: son hábiles y han preparado el camino con su víctima.

-Ya la han violentado psicológicamente durante la relación; entonces, son capaces de mantener esta relación de violencia post relación. La víctima se siente con la necesidad de darle explicaciones a la persona para que se quede tranquilo y la deje de molestar. Como existió una relación de cariño, de amor si se quiere, la (víctima) confía en que esa persona efectivamente va a cambiar para que juntos puedan tener una relación digna o amable sin violencia. Pero es común que el agresor quiera mantener esta relación de atención, únicamente para alimentar su ego; así como las víctimas tienen problemas de autoestima, los agresores también. A través de estas agresiones se validan a sí mismas-dice.

Nicol Mulsow dice que lo primero que hacen en la fundación cuando se recibe un caso de este tipo es generar contención.

-Es volver a empoderarse-dice Mulsow.

Cuando una víctima se da cuenta de eso, agrega la trabajadora social, empieza a darse cuenta de muchas otras situaciones de violencia que ha vivido en su vida.

-Puede ser un proceso abrumador si lo haces sola, sin la guía de un profesional de apoyo psicológico. Por eso es necesario entrar a una terapia, para que la persona pueda adquirir este conocimiento nuevo -agrega la trabajadora social.

Jocelyne Zapata afirma que hace un año su ex pareja, una de las veces que la persiguió, la amenazó de muerte. Le dijo que si ella no era de él, entonces no podía ser de nadie más.

Y ella -dice- hizo lo que todo el mundo hace:

-Fui un día a Carabineros y dije que me estaban amenazando de muerte, aquí mismo fuera de mi trabajo. Nunca me llamaron, quedó ahí. Pero yo tampoco insistí. *

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