Señor Director: Los centros de Salud Familiar Ancora UC están siendo parte del debate sobre la objeción de conciencia institucional. Se trata de tres centros de atención primaria ubicados en Puente Alto y La Pintana, que nacieron en 2004 para brindar atención de calidad, formar profesionales y aportar a las políticas de salud desde la investigación e innovación. Su labor se sostiene gracias a un convenio entre la UC y el Servicio de Salud Metropolitano Suroriente, que entrega a los Ancora las mismas responsabilidades que al resto de la atención primaria municipal. Actualmente, tiene a cargo una población de 61.000 personas, de las cuales, 25.400 son mujeres mayores de 15 años que reciben todas las prestaciones establecidas por el Ministerio de Salud. En 2017, el financiamiento per cápita basal mensual de estos centros fue de $5.405, equivalente a lo destinado a otros centros similares, lo que debe ser complementado con un 10% adicional que aporta la universidad para su funcionamiento. Una evaluación externa del año 2010 mostró que junto al alto nivel de satisfacción de sus usuarios, el modelo logra gran resolutividad: la población atendida en los Ancora requirió 20% menos de atención especializada en nivel secundario y 30% menos de hospitalización. Estos resultados implican, entre otros beneficios, disminuir listas de espera y un ahorro anual de 9.500 días camas. Iniciativas como esta, en que una universidad se asocia con el sistema público para dar un servicio integral y de excelencia, debieran replicarse con la misión común de mejorar la salud de los chilenos. Sin embargo, hoy, la sobrevivencia de nuestros centros Áncora deberá revisarse, dado el marco regulatorio que impone el Reglamento para la Objeción de Conciencia. Dr. Álvaro Téllez T. Director Cesfam Ancora UC Depto. Medicina Familiar UC Facultad de Medicina UC