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Los galos van por su segunda corona planetaria:

Francia, el finalista letal que tiene estrategia y munición para todas las batallas

miércoles, 11 de julio de 2018

Claudio Herrera
Deportes
El Mercurio

El equipo de Didier Deschamps, que sacó de carrera a la exuberante Bélgica con un gol de cabeza de Samuel Umtiti, ratifica un poderío sin grietas y con mucho talento y músculo. "Les Bleus" disputarán la tercera final en los últimos seis mundiales, ratificando su chapa de potencia.



Francia avanza sin frenos a la final de Moscú. El equipo de Didier Deschamps no desentona en ningún baile. Se dio el gusto de despachar del Mundial a Messi, venció con autoridad al sanguíneo Uruguay -y no salió ni con rasguños- y ayer apretó la tecla precisa para bajar a una Bélgica crecida, llena de argumentos y variantes.

Aunque es una selección joven -los titulares promedian 26 años-, los galos destilan oficio de veteranos para salir de cualquier embrollo. Cuando el ajedrez de Bélgica parecía desajustarlos, los "Bleus" supieron retroceder uno, dos y hasta tres pasos cuando fue necesario. Entienden que a esta altura del Mundial se verán obligados a defenderse sin refunfuñar, y eso no mancha a nadie, porque dominan los fundamentos y no necesitan de posesiones largas (registró 294 pases contra 565 del rival) para salir a noquear, faceta donde cuentan con tipos en estado de gracia, como Kylian Mbappé y Antoine Griezmann.

Francia trepa a la final espoleada por jugadores de primera clase que, más allá de gustos subjetivos, están validados en los clubes que militan: sus estelares están desparramados en Chelsea (2), Atlético (2), Barcelona, Real Madrid, Tottenham, Juventus, Manchester United, PSG y Stuttgart. El técnico tiene material, pero también lo sabe usar. Con un pasado de estratega-caudillo, Deschamps se impregnó de los secretos de la táctica en la Serie A, con Marcello Lippi en Turín.

El buen partido de Eden Hazard no alcanzó para destrozar el plan, ni tampoco un zurdazo de Toby Anderweireld (notable estirada de Hugo Lloris). Los zagueros acotaron el radio de acción a Lukaku, Blaise Matuidi apareció para desahogar la orilla donde influían De Bruyne y Chadli; Paul Pogba fue un peón para no perderle pisada a Fellaini, y Ngolo Kanté, como siempre, los persiguió a todos (su GPS marcó 11,1 kilómetros). El funcional Olivier Giroud, esclavo del plan, siempre pasó la línea de la pelota en el repliegue, mientras Mbappé, un viejo zorro de 19 años, en el tiempo agregado aguantó el balón bien lejos de su arco para evitar la prórroga.

La diferencia llegó en una pelota detenida, que Samuel Umtiti ganó en el vértice del área chica (tras corner de Griezmann), anticipando a Fellaini y Anderweireld (ocho belgas contra cinco franceses en el área), aunque también pudo caer con avances más urdidos, como el derechazo de Benjamin Pavard, o los remates agónicos de Griezmann y del ingresado Tolisso, todos evitados por el meta Courtois.

Deschamps, hijo del proceso galo, encabezó las cruzadas en el Mundial 2014 y la Euro 2016, instancias duras y sin premio. De los cuartos ante Alemania en Río sobreviven Lloris, Varane, Griezmann, Matuidi y Pogba, mientras que de la final perdida en Saint Denis hace dos años se repiten Lloris, Umtiti, Pogba, Matuidi, Griezmann y Giroud. El asalto a la nueva final no es espontáneo, denota aprendizaje y maduración de chicos que, aunque lo siguen siendo, van por la vida como veteranos de mil batallas.

10 tantos marcaron los galos en el torneo, tres de ellos obra de sus defensores.

4 son los partidos en los que Francia no recibió goles en el Mundial. Apenas en dos le marcaron

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