lunes, 25 de junio de 2018
Economía y Negocios Online
Alejandro Alarcón, economista Universidad de Chile
El uso de tecnología para mejorar índices de productividad tanto en el sector privado como público, se está tomando la agenda económica del mundo y también en Chile. Las medidas propuestas en el programa del Presidente Piñera apuntan en la línea correcta al hablar de "Estado en el smartphone", para por ejemplo, optimizar trámites entre instituciones estatales y avanzar hacia una profundización de identidad digital, complementada con firma electrónica. A su vez, se reconocen esfuerzos en el sector privado.
Sin embargo, aun falta para avanzar. En EE.UU y Europa se tomaron muy en serio los desafíos tecnológicos para apoyar el desarrollo de sus economías. Y no sólo para automatizar procesos industriales, sino también en transformación digital, protección de datos y otros esfuerzos para que sus ciudadanos puedan acceder a distintos servicios y mejorar, por ejemplo, la seguridad en el acceso al consumo.
Sin ir más lejos, el ex ministro de Telecomunicaciones y actual embajador de Chile ante la OCDE, Felipe Morandé, citó en su última columna sobre transformación digital un estudio de ese organismo internacional hecho para introducir una reunión de ministros de innovación del G7. En el documento, se establece que uno de las limitantes para la transformación digital sobre la productividad es la falta de velocidad en regulaciones que fomenten incentivos para estos procesos.
Y es que hablar de Regulación Tecnológica, Reg Tech en su sigla en inglés, es fundamental para abordar tanto desafíos como problemas. Un ejemplo lo da la Comunidad Europea, que hace unos años detectó los graves riesgos que los fraudes provocaban en la confianza de sus consumidores. Para esto, iniciaron un proceso Reg Tech que entró en vigencia en enero pasado. En concreto, toda compra o transacción digital realizada por europeos requerirá dos factores de seguridad para verificar identidad, los que podrán ser elegidos entre uso de biometría (escaneo del iris, reconocimiento facial o huella dactilar), contraseña ó código PIN. Los dos procesos seleccionados deberán ser ingresados de forma simultánea mediante el teléfono móvil, tablets, PC’s, entre otros.
Esta nueva normativa remeció el mercado de las fintech en Europa y el mundo, generando un dinámico mercado para que estas empresas tecnológicas ofrecieran sus servicios de última generación para apoyar a los Estados en estos urgentes procesos de modernización.
Y es este el principal desafío para nuestro país. Avanzar hacia Regulaciones Tecnológicas que generan marcos regulatorios, a la transformación digital para el sector público y privado, que permitan por ejemplo, atacar los fraudes por suplantación, digitalizando los sistemas de verificación de identidad ,o bajar los altos costos del papeleo para el Estado chileno, los que según un informe del Ministerio de Hacienda (2017), tienen un costo elevadísmo para el erario nacional, equivalente al financiamiento de 4 hospitales por año.
Hoy el gobierno del Presidente Piñera tiene la posibilidad de un cambio histórico. ¿Qué pasaría por ejemplo si convertimos Chile Atiende en una app que con sólo la huella dactilar o una selfie de los chilenos permita obtener un certificado digital sin moverse de la casa? ¿O si se habilitan en notarias firmas electónicas biométricas únicas e irrepetibles, hechas desde un teléfono móvil y también con una selfie, las cuales son inimitables a la hora de hacer un fraude? Todo esto hoy es posible, y mejor aún, es posible en Chile.
El desafío en Regulación Tecnológica para Chile está planteado. Las soluciones están ahí. Sólo falta que se tome la decisión de dar un salto radical en tecnología, seguridad y eficiencia para las personas y el país.
