Diez días estuvo tomado el Liceo Amunátegui, ubicado en la comuna de Santiago. La ocupación acabó el sábado, cuando un incendio afectó, principalmente, la sala de profesores. El alcalde Felipe Alessandri aseguró que debido a los daños se cerraría el semestre y se reubicaría a los 778 alumnos para que terminen el año en otros liceos de la comuna. Y adelantó que a cerca de cincuenta escolares se les expulsaría y haría valer la política del "rompe - paga". Un primer informe estimó que los daños en el liceo bordeaban los $200 millones. Pero un nuevo reporte elaborado por el departamento de infraestructura del municipio elevó esta cifra: se necesitarían más de $336 millones para las reparaciones. Según el catastro, hay 15 salas de clases inutilizables, al igual que dos laboratorios y un baño. Además, la sala de profesores quedó completamente destruida, "por lo que se debe cambiar toda la tabiquería, el sistema eléctrico, los equipos de iluminación, puertas y ventanas", según el municipio. La Asociación Chilena de Seguridad también inspeccionó el liceo, y de acuerdo a lo informado por la municipalidad, en el casino, "el sistema eléctrico está en mal estado y podría generar un nuevo siniestro". Esto también ocurriría en los camarines. Alessandri aseguró que este reporte confirma la decisión de reubicar a los estudiantes. "Es una medida dolorosa y muy compleja, pero nuestra obligación es que (ellos) puedan continuar sus estudios en un lugar que tenga las condiciones de habitabilidad necesarias", dijo. Los estudiantes, en tanto, criticaron al edil por la medida, pues a su juicio es "totalmente autoritaria, nefasta y segregadora", según Isabella Guerra, secretaria de actas del Centro de Alumnos del Liceo Amunátegui. Para la dirigenta, la solución no es cerrar el semestre ni la reubicación, pues, "va a dejar a una comunidad de más de mil personas sin un sustento".