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Presidente firmó una orden ejecutiva para frenar el alejamiento de los niños inmigrantes de sus padres:

Presionado por las críticas, Trump da pie atrás en su política de separar a familias en la frontera

jueves, 21 de junio de 2018

Jean Palou Egoaguirre
Internacional
El Mercurio

El gobierno, sin embargo, pretende cuestionar un acuerdo que establece un límite de 20 días para la detención de menores.



Después de varios días defendiendo su controvertida política migratoria, calificada de "cruel" e "inmoral" por sus críticos, Donald Trump dio un drástico giro al firmar una orden ejecutiva para poner fin a la separación forzosa de las familias de inmigrantes que son detenidas al entrar por la frontera sur de Estados Unidos. El Presidente enfrentaba una creciente presión por parte de sus propios aliados, tanto dentro como fuera del país, e incluso de su círculo familiar, en medio de la consternación por la crudeza de las imágenes de niños encerrados en jaulas metálicas y las grabaciones en las que se les escuchaba llorar y clamar por sus padres.

"No nos gusta ver a las familias separadas, pero al mismo tiempo, no nos gusta que la gente entre ilegalmente en nuestro país. Esto resuelve el problema", dijo Trump al firmar el decreto presidencial en la Oficina Oval.

"Mantenemos a las familias juntas, pero a la vez mantenemos la frontera fuerte", añadió el Mandatario, quien reconoció que su hija Ivanka y su esposa, Melania, tenían "sentimientos muy fuertes" sobre la medida que, desde que se implementó, el 5 de mayo, ha provocado que 2.342 niños hayan sido separados de sus padres tras cruzar ilegalmente la frontera. "Creo que cualquiera con un corazón podría actuar de la misma manera", justificó.

Trump, de todos modos, insistió en que seguirá en pie su política de "tolerancia cero" a la inmigración ilegal, y que su combate será "aún más duro": "Mantendremos una frontera poderosa y seguirá la tolerancia cero", dijo respecto de la política que obliga a presentar cargos criminales contra cualquier adulto que cruza irregularmente la frontera.

Según el decreto firmado ayer, el Departamento de Seguridad Interior (DHS) será responsable de todo el proceso con las familias inmigrantes, y no los departamentos de Justicia y de Salud como estipula el actual reglamento.

A partir de ahora, cuando se detenga a un grupo en la frontera, los padres serán llevados junto a sus hijos a centros de detención de inmigrantes indocumentados, algunos de los cuales serán construidos con ese propósito. Sin embargo, los más de dos mil niños que ya fueron separados de sus familias no serán reunidos con sus padres inmediatamente, dijeron autoridades de gobierno a la prensa.

En el texto de la orden ejecutiva se da a entender que el gobierno tiene la intención de retener a las familias indefinidamente -un proceso puede tomar varios meses-, al cuestionar el Acuerdo de Flores de 1997, que establece un límite de 20 días para la detención de los niños.

De este modo, la controversia está lejos de terminar. "Lo más probable es que esta orden sea impugnada en los tribunales, ya que existe esta orden judicial que prohíbe que los niños sean encarcelados por más de 20 días. Habrá demandas que sostendrán que mantener a los menores con sus padres encarcelados es ilegal", afirmó a este diario Fred Bayles, politólogo de la Universidad de Boston.

Esta incompatibilidad podría llevar a que se termine volviendo al sistema anterior. "La llamada política de 'tolerancia cero' fue una reacción al enfoque anterior de 'atrapar y soltar' de la administración de Obama, cuando si alguien era capturado entrando ilegalmente se les daba una cita en la corte y luego eran liberados. El problema era que muy pocos se presentaban a la audiencia, lo que alentaba a la gente a cruzar ilegalmente ", explicó Timothy Hagle, académico de la Universidad de Iowa. "Si ahora la nueva orden ejecutiva les permite a los niños quedarse con sus padres en detención, es muy probable que la medida sea objetada y que se vuelva al 'atrapar y soltar'", añade el experto, quien repara, además, en el hecho de que muchos niños que son detenidos en la frontera viajan solos o con adultos que no son sus padres y podrían ser posibles víctimas de tráfico humano.

"(La orden ejecutiva) es legal", dijo Gene Hamilton, asesor del fiscal general Jeff Sessions.

De todos modos, la voltereta de Trump representa un revés importante a nivel político para el Mandatario, quien estaba bajo una enorme presión.

A nivel internacional, aliados como la Premier británica, Theresa May, calificaron de "perturbadora" la política de separar "en jaulas" a los niños, mientras que el Papa Francisco apoyó una declaración en la que se definió como "inmoral" esta medida. La molestia era aún mayor en los países de Centroamérica y en México, cuyo Congreso consideró ayer "cruel e inhumana".

El malestar también era mayor entre los congresistas demócratas, que realizaron una inédita protesta a gritos contra Trump en los pasillos del Capitolio -la secretaria de Seguridad Interior, Kirstjen Nielsen, también sufrió en un restaurante los gritos de "¡vergüenza!" por parte de activistas-, pero además entre muchos legisladores y gobernadores republicanos, entre ellos, Marco Rubio y John McCain. En medio de la tensión, el presidente de la Cámara de Representantes, el republicano Paul Ryan, anunció que hoy votarán un proyecto de ley sobre la materia que busque "no separar a las familias".

"Trump pone un enorme énfasis en crear un mensaje y controlarlo. Pero en este caso perdió el control, y los señalamientos de los republicanos en el Congreso -sobre todo los que competirán en las elecciones de noviembre- fueron bastante claros de que se trataba de un tema perdedor para ellos", dijo Mark Peterson, profesor de Ciencia Política de la UCLA. "El Presidente, por supuesto, no definirá su orden ejecutiva como un revés, no importando cuánto contrasta con lo que dijo poco antes acerca de la importancia de esta medida y la presunta responsabilidad de los demócratas. Pero ya sabemos que no tiene necesidad de una explicación razonable o lógica".

El Presidente Sebastián Piñera criticó ayer la separación de las familias: "Esa no es una forma aceptable. Es una forma cruel de practicar política migratoria".

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