"El que haya creído que esto iba a ser un paseo, que vea cómo están las otras selecciones. El Mundial es difícil para todos, aquí nadie gana fácil". Las palabras de Fernando Hierro, técnico de España, resumieron los obstáculos que sus dirigidos sufrieron ante Irán: ante los asiáticos solo un gol de rebote de Diego Costa les entregó la victoria a los hispanos, quienes suman los mismos puntos y goles que Portugal, pero marchan líderes del grupo B por tener menor cantidad de tarjetas amarillas. Con un bien trabajado sistema 6-3-1, los iraníes apostaron por cortar todos los circuitos del ataque ibérico, por lo que no fue inusual ver a los once dirigidos por Carlos Queiroz defendiendo en su propia área durante gran parte del encuentro. Tal fue el poder defensivo de Irán que los campeones del mundo en 2010 recién llegaron con peligro al arco de Alireza Beiranvand a los 49', por medio de un disparo de distancia de Sergio Busquets. Hasta que Diego Costa y la fortuna provocaron el desahogo de Hierro y compañía: a los 54', el "Lagarto" ingresó al área adversaria, fue interceptado por dos zagueros, pero el despeje del balón terminó golpeando la rodilla derecha del ariete, doblegando, por fin, la muralla iraní. Ahí, los asiáticos adelantaron sus líneas e incluso batieron a De Gea, pero la conquista fue anulada por posición de adelanto (ver recuadro). "Tuve suerte para abrir un partido complicado", admitió el goleador Costa. España ganó, pero si quiere repetir glorias pasadas, necesitará algo más que una cuota de fortuna. 23 juegos invicto en partidos oficiales acumulaba Irán. No perdía desde el Mundial de 2014.