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Estudios muestran desventajas y beneficios de su uso:

El mundo de las pantallas tiene sombras, pero también luces

jueves, 21 de junio de 2018

Paula Leighton N.
Vida Ciencia Tecnología
El Mercurio

Expertos advierten sobre los riesgos de satanizar las tecnologías y entregan lineamientos para guiar a niños y adolescentes en el uso adecuado, que evite riesgos y adicciones.



El lunes la OMS clasificó la adicción a los videojuegos como un trastorno de salud mental. El anuncio se sumó a la inquietud de muchos padres sobre las consecuencias que las pantallas puedan tener para sus hijos y a la proliferación de advertencias sobre potenciales amenazas para el cerebro y la salud física y mental de niños y adolescentes.

"Más que satanizar las pantallas, hay que considerarlas herramientas a las que se puede dar buenos o malos usos", dice la pediatra Claudia Sagredo, de la rama de Adolescencia de la Sociedad Chilena de Pediatría (Sochipe), quien junto a otros expertos aclaran aquí algunas de la principales dudas y controversias al respecto:

-¿Desde qué edad se puede exponer a los niños a pantallas?

"La Sochipe apoya la última recomendación de la Asociación Americana de Pediatría (AAP)", dice Sagredo. Esta indica que antes de los 18 meses los niños no deben exponerse a pantallas, para no restarles tiempo clave de exploración e interacción con el cuidador. Para niños de 2 a 5 años se sugiere máximo una hora diaria de contenidos de calidad y verlos junto a los niños. Y desde los 6 años lograr un equilibrio entre tiempo de uso de pantallas y otras actividades de recreación, sueño e interacción cara a cara.

-¿Cuáles son los principales riesgos de un uso inadecuado ?

Estudios muestran que una alta exposición a pantallas aumenta el riesgo de obesidad y reduce el tiempo de sueño. El exceso de TV en la temprana infancia hace más lento el desarrollo cognitivo, de lenguaje, social y emocional. Su uso intensivo se ha asociado también a menor rendimiento académico. Carolina Melo, investigadora de la Fac. de Educación de la U. de los Andes, señala que un estudio de London School of Economics mostró que al prohibir los celulares en el colegio las notas mejoran en 6,4%. "Esto equivale a agregar 5 días de clases al año escolar", según sus autores.

-¿Qué beneficios pueden tener?

Juan Pablo Westphal, psicólogo de la Clínica Santa María, señala que con un uso adecuado y bien guiado las tecnologías interactivas pueden "fortalecer el desarrollo de habilidades cognitivas y creativas". El informe Media and Young Minds, de la AAP, destaca que desde los 15 meses los niños pueden aprender nuevas palabras y entre los 3 y 5 años mejoran sus habilidades cognitivas, sociales y de alfabetización con algunos programas de TV y apps educativas. Sagredo agrega que facilitan la socialización cuando son un complemento de la comunicación directa con amigos o familiares. "A escolares, especialmente en sitios aislados, les entregan acceso a recursos de aprendizaje y a grupos específicos, como personas con discapacidad o LGBT, les pueden ayudar a establecer redes".

-¿Quiénes tienen más riesgo de volverse adictos a las pantallas?

Se estima que 4 a 8% de los escolares y adultos jóvenes desarrollan adicción a videojuegos. No hay cifras para otros usos de pantallas. En Chile, la adicción a videojuegos va en alza y "podría estar subdiagnosticado", dice el doctor Mario Hitschfeld, psiquiatra y coordinador del capítulo de Adicciones de la Sociedad de Neurología Psiquiatría y Neurocirugía de Chile (Sonepsyn).

-¿Qué factores elevan el riesgo de adicción a videojuegos?

Hitschfeld menciona tres: el inicio precoz del uso de videojuegos, por lo que "mientras más tarde se expongan los niños a ellos y a las pantallas, mejor". A esto se suman una familia con relaciones disfuncionales, "donde el niño busca refugiarse en actividades que lo alejen de este ambiente, como los videojuegos", y la presencia de otros desórdenes mentales, como depresión, ansiedad, fobias sociales, déficit atencional e hiperactividad. "Pero en este último caso no hay causalidad, sino una asociación", señala el psiquiatra.

-¿Son las pantallas comparables con drogas como la heroína y la cocaína?

"Esa es una afirmación un poco aventurada. No hay mayor evidencia de que sean biológicamente comparables", dice Hitschfeld. Esta asociación se hizo popular tras una controvertida columna de Nicholas Kardaras, director de un centro de rehabilitación de adicciones, en el tabloide New York Post. Kardaras asemejó la producción de dopamina causada por pantallas con la adicción a la heroína. La aseveración ha sido rebatida por neurólogos y neurocientíficos que argumentan que la sola liberación de dopamina no significa que una experiencia en sí misma se vuelva adictiva.

-¿Qué pueden hacer los padres para mediar en el uso de pantallas?

"Con los niños y adolescentes que no tienen bien desarrollada la autorregulación, son los padres quienes deben establecer los límites, incluso a costa de pataletas y enojos", dice Westphal. Sagredo sugiere guiar el uso y enseñarles a trabajar "una identidad digital saludable, responsable y solidaria, para que no se expongan a riesgos como el sexting , grooming , ciber bullying y adicciones".

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