Dólar Obs: $ 953,75 | -0,27% IPSA -0,25%
Fondos Mutuos
UF: 37.227,29
IPC: 0,40%
Transformación digital y productividad: no hay varita mágica

martes, 19 de junio de 2018

Felipe Morandé L. Embajador de Chile ante la OCDE
El_Mercurio


Es bien sabido que en Chile tenemos hoy un serio problema de productividad. Luego de la década dorada que culminó en 1997, en que el crecimiento de la productividad total de factores (PTF) aportó más de tres puntos porcentuales a la expansión global de la economía, se inició un período de declinación persistente -solo revertido parcialmente entre 2010 y 2013- que se aceleró en años recientes hasta llevar dicho aporte a cero. Más allá de las evidentes carencias en nuestras políticas públicas que sin duda incidieron en este resultado -por ejemplo, la incapacidad para promover una mayor inversión en I+D-, lo cierto es que la caída en la PTF desde la década pasada ha sido un fenómeno compartido por la mayoría de los países del mundo. ¿Cómo es esto posible si al mismo tiempo, según la retórica en boga, estamos en medio de una "revolución digital" que ofrece la promesa de empujar la economía mundial a niveles soñados?

Un informe reciente de la OCDE, "Transformative Technologies and Jobs for the Future", preparado para una reunión de ministros de innovación del G7, presenta algunas ideas interesantes. Su tesis es que los impactos de la transformación digital sobre la productividad han estado limitados por tres factores principales. El primero es que el estado de la difusión (y adopción) de las tecnologías digitales está lejos de ser óptimo. Las pequeñas y medianas empresas, en particular, se ven muy rezagadas en relación a las empresas mayores, en tanto regiones apartadas lo están en comparación con los grandes centros urbanos. Segundo, la transformación digital exige una serie de inversiones complementarias de parte de las empresas en capacidades humanas, innovación de procesos, cambio organizacional, nuevos sistemas, etc., que para muchas es un desafío difícil de sobrellevar hasta ahora. Y tercero, no ha habido cambios a la velocidad suficiente a regulaciones que limitan la reasignación de recursos y/o la competencia en los mercados, algo imprescindible para que existan los incentivos a acelerar el paso de la transformación digital. Las conclusiones para las políticas públicas son entonces evidentes, al menos desde el punto de vista general y conceptual: entre otras cosas, es necesario idear programas de apoyo a pymes y empresas en lugares más apartados para su digitalización; facilitar aquellas inversiones complementarias, con un acento muy marcado en capacitación en lo inmediato y en educación a mediano y largo plazo; y modificar instituciones y regulaciones para hacer más fluida la entrada y salida de empresas; así como adecuar las relaciones laborales.

Los tres factores son muy probable que también estén presentes en Chile impidiendo un mayor aporte de la digitalización a la productividad. Pero habría que agregar en nuestro caso que aún presentamos un déficit de conectividad digital, al menos en cuanto a calidad y velocidad, y que se observan precios elevados en relación al promedio OCDE. Esto está bien recogido en el programa de gobierno de la actual administración que promete llegar a todas las comunas de Chile con fibra óptica. También contempla eliminar anacronismos en nuestra legislación, como el impuesto de 15% a la importación de software, y promover los beneficios tributarios de la inversión en I+D en las pymes, entre otras medidas. Más allá de esto, el programa es consciente de la centralidad que conlleva la transformación digital tanto en la productividad y el crecimiento económico, como en la vida de las personas. También debiera ser central en todo el debate político.

Una última nota. El informe comentado resalta algo que es muy cierto. El Big Data y la capacidad de procesarlo son hoy un factor de producción adicional al trabajo y al capital del cual obviamente no podemos prescindir si queremos que Chile siga siendo competitivo a nivel global. ¿Cómo se están adaptando los planes de educación escolares y universitarios para estar a la altura? Buen desafío.

EL BIG DATA Y LA CAPACIDAD DE PROCESARLO SON HOY UN FACTOR DE PRODUCCIÓN ADICIONAL AL TRABAJO Y AL CAPITAL DEL CUAL NO PODEMOS PRESCINDIR.

 Imprimir Noticia  Enviar Noticia