Dólar Obs: $ 953,75 | -0,27% IPSA -0,25%
Fondos Mutuos
UF: 37.232,24
IPC: 0,40%
No se descartan siniestros de gran magnitud como los de 2017:

Ante escasas lluvias, Conaf estima un alto riesgo de incendios forestales en verano

lunes, 18 de junio de 2018

Richard García
Vida Ciencia Tecnología
El Mercurio

Nuevo director del organismo, José Manuel Rebolledo, reconoce que su combate se hace difícil por la falta de fondos para enfrentar emergencias, algo que podría cambiar con la ley, en trámite, que convertiría a la corporación en Servicio Forestal.



La próxima temporada de verano podría ser prolífica en incendios forestales. Pese a las últimas lluvias, que paliaron levemente el déficit de precipitaciones que caracteriza a este año, ya se ha completado prácticamente el primer semestre y el pronóstico no vislumbra la necesidad de sacar paraguas al menos durante toda la próxima semana.

Si se mantienen estas condiciones en lo que resta del invierno, lo más probable es que los suelos van a estar más secos de lo habitual, especialmente en la zona central. "Si es que eso se confirma, se nos viene un próximo año complicado", dice José Manuel Rebolledo, director ejecutivo de Conaf desde abril.

El gran incendio de 2017 arrasó con casi 600 mil hectáreas, una cifra sin precedentes en la historia forestal reciente de Chile, por lo que preocupa un evento similar. "La tendencia mundial es a la formación de un nuevo tipo de incendios, vinculado con el cambio climático, que se conocen como teraincendios", y explica que son mucho más destructivos en magnitud que los megaincendios, que era el término habitual que se empleaba para hablar de siniestros grandes.

Rebolledo, ingeniero forestal formado en la U. de Talca, estima que ya hacia agosto manejarán información suficiente para ratificar sus aprensiones. "Ya nos hemos reunido con las empresas forestales, de manera de estar preparados ante los distintos escenarios que podríamos enfrentar y desarrollar planes respecto de cada uno de ellos".

El verano pasado hubo una mejor coordinación y preparación frente a temporadas anteriores -reconoce-, lo que permitió que, aunque se produjeron más incendios en cantidad, la superficie afectada fuera apenas el 6% de la que resultó dañada el año anterior. Aunque admite que en parte también se debió a que se sobredimensionaron las posibilidades y, finalmente, la agresividad no fue tal. También es cierto que el verano de 2018 fue más húmedo, mientras ahora hay mayor incertidumbre en cuanto a cuánta lluvia caerá.

Reconoce que una de las trabas que impiden a Conaf actuar con mayor eficiencia frente a los incendios es su condición de corporación de derecho privado. "Por el hecho de ser una figura híbrida entre privada y pública, en el caso de emergencias, se hace muy complejo obtener fondos del Estado para cubrir alguna necesidad", dice.

Pero esa condición cambiará cuando se transforme en Servicio Forestal. La ley se encuentra en trámite parlamentario y Rebolledo espera que salga pronto. "Esto nos permitirá contar con una ley de incendios que permita destinar recursos a su combate, pedir ayuda internacional y conseguir aumentar las penas en caso de que se descubra a gente cometiendo piromanía".

La primera salida a terreno que hizo Rebolledo fue para visitar la zona quemada. "Volví con la convicción de que teníamos que intervenir y hacer algo este año en términos de reforestación. Aunque el presupuesto 2018 de Conaf no contempla recursos con ese fin, su convicción es que hay que hacer algo mínimo y al menos plantar mil hectáreas. "No tenemos ni un peso, pero sí todas las ganas. La idea es plantar pino, eucaliptus y también especies nativas como el ruil".

Ya está en conversaciones avanzadas con el Ejército, que le daría apoyo con la mano de obra, y también han recurrido a las empresas forestales.

 Imprimir Noticia  Enviar Noticia