Brotes de sarampión encienden las alertas en Chile y toda América
lunes, 18 de junio de 2018
C. González
Vida Ciencia Tecnología
El Mercurio
Menor cobertura de vacunas y la intensificación de viajes internacionales son dos factores que propician el contagio. En el país, los nacidos entre 1971 y 1981 deberían volver a vacunarse, sobre todo si viajan al exterior.
El sarampión está dando que hablar. A la fecha, los 1.271 casos confirmados en toda América ya casi duplican la cantidad observada todo el año pasado. Y mientras en 2017 se vieron brotes solo en cuatro países, el último informe de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) habla ya de once países afectados, sobre todo Venezuela y Brasil. Un tema que preocupa a los especialistas, considerando que se trata de una infección viral altamente contagiosa: a los 10 días de contraer el virus por vía respiratoria, aparecen las pequeñas manchas rojas en la piel, desde la cabeza hacia la parte inferior del cuerpo; acompañado de fiebre alta, conjuntivitis e inflamación de los ganglios linfáticos. En Venezuela Aunque América fue declarada libre de los virus endémicos del sarampión en 2016, tras un esfuerzo de 22 años que incluyó la vacunación masiva a 450 millones de niños, adolescentes y adultos de hasta 40 años, no está libre: casos importados -"a un vuelo de distancia", como dicen los especialistas- y el surgimiento de brotes locales en algunos países ponen en riesgo este logro. "Uno de los lugares en donde más casos se han reportado (904) es en Venezuela, cuya cobertura de vacunación está teniendo problemas por la crisis económica que vive el país", advierte el doctor Claudio Figueroa, académico del Departamento de Ciencias Biológicas y Químicas de la U. San Sebastián. Eso está generando que comience a haber más población susceptible de enfermar. Un efecto similar al que están provocando los movimientos antivacunas en Europa, en donde se cuadruplicaron los casos en el último año (la enfermedad afectó a 22.360 personas). "Está demostrado que lo que pasó allá fue por falta de vacunación. Varios países tienen porcentajes de cobertura menores al 40%; cualquier plan efectivo para lograr una disminución del virus debe ser superior al 95% de la población", agrega Figueroa. Población vulnerable Eso permite tener protegidos incluso a quienes no se vacunan, debido al llamado "efecto rebaño". Es lo que ha pasado en Chile, en donde gracias al Programa Nacional de Inmunización (que incluye la vacuna tres-vírica, contra el sarampión, paperas y rubéola) el sarampión fue erradicado en 1992. Además, se han realizado campañas de vacunación masiva frente a la llegada de casos, tal como ocurrió en 2015. Aquel año se vivió un brote por contagio en el extranjero. El más conocido surgió en Disneyland, California, considerado el peor contagio desde que se erradicó la enfermedad en EE.UU. en el año 2000. Los casos en esa oportunidad superaron el centenar y se repartieron por 14 estados. El origen del brote fue una persona que visitó el parque de entretenciones entre el 15 y el 20 de diciembre de 2014. Esto es algo que podría volver a repetirse, según la doctora María Teresa Valenzuela, especialista en Salud Pública y Epidemiología y miembro del Comité Asesor en Vacunas e Inmunizaciones (Cavei), del Ministerio de Salud. "Es un tema que se está evaluando, considerando los casos en países vecinos y que a nivel mundial también está aumentando la circulación del virus", dice Valenzuela, vicedecana de Investigación de la U. de los Andes. Puede ser mortal A nivel local, hay cohortes de población más vulnerables: los nacidos entre 1971 y 1981. "Los esquemas de vacunación en Chile antes de los años 90 fueron cambiantes; entonces hay gente que no recibió las dosis adecuadas". A ellos, la doctora Valenzuela recomienda vacunarse sobre todo si van a viajar al exterior y, en especial, a países con brotes de la enfermedad. "Es una patología que la gente tiende a minimizar; se asocia solo a manchitas en la cara, pero puede ser mortal -sobre todo en menores de un año-, y provocar cuadros graves por neumonías, encefalitis, problemas de oído y ceguera", dice el doctor Figueroa. Además de identificar los vacíos de cobertura y reforzar la vigilancia epidemiológica, la doctora Valenzuela enfatiza la importancia de campañas educativas permanentes para los equipos de salud, con el fin de "que puedan identificar precozmente casos sospechosos y saber qué hacer con ellos".
