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LA PRIMERA INGENIERA

Justicia Acuña

martes, 12 de junio de 2018


Las primeras mujeres que abrieron camino en Chile
El Mercurio

En su honor se instituyó un premio para distinguir a las mujeres que se destaquen en el ejercicio de la especialidad.



Las primeras profesiones que abrieron sus puertas a las mujeres fueron de alguna manera una continuación de los roles tradicionalmente asociados al género: pedagogía, medicina, enfermería, trabajo social. La ingeniería en cambio era una carrera considerada masculina, y no en vano hasta 1913, no solo en Chile sino que en toda Sudamérica ninguna alumna había cursado la especialidad. Justicia Espada Acuña Mena (1893-1980) era hija de José Acuña, un constructor civil de ideas avanzadas que trataba por igual a sus nueve hijos e hijas, inculcándoles a las mujeres que fueran capaces de valerse por sí mismas y superaran los prejuicios que la sociedad imponía a su género. Como ejemplo, para que no tuvieran miedo, las hacía salir solas, y enviaba a sus hijos detrás para que las cuidaran sin que se dieran cuenta.

Al egresar del Liceo de Aplicación (que era mixto entonces), siguiendo el ejemplo de uno de sus hermanos, Justicia ingresó a estudiar Pedagogía en Matemáticas al Instituto Pedagógico, pero no le satisfizo y decidió cambiarse de carrera. Así, en 1913 entró a Ingeniería Civil en la Universidad de Chile. Este era un terreno tan inexplorado para el género femenino, que en la facultad ni siquiera había un baño para mujeres. Pero la joven no se quejaba, y, por el contrario, destacaba que sus compañeros no la discriminaban. Prueba de ello son las afectuosas palabras de bienvenida que le dio el centro de alumnos en su revista Enerjía, refiriéndose a ella como "una mujer, haciendo caso omiso de prejuicios i añejeces i no llevando más armas que su cerebro i su carácter indomable, decidió estudiar ingeniería", acontecimiento que consideraban histórico.

Entre sus compañeros de curso estaba el futuro Presidente Jorge Alessandri. También quien se convertiría en su marido al egresar, Alfredo Gajardo. En el curso de la carrera ingresó una segunda mujer, Rosario Jaques, de quien se hizo muy amiga. Sin reprobar un ramo, Justicia Acuña se tituló de ingeniero civil el 16 de diciembre de 1919, y aunque creía que le iba a costar encontrar trabajo, en 1920 entró a Ferrocarriles del Estado como calculista de refuerzo de puentes. Se retiró por un tiempo para dedicarse a la maternidad, pero luego se reintegró a la empresa, donde jubiló en 1954.

Según la Revista Chilena de Ingeniería, tuvo siete hijos hombres, de los que dos fueron ingenieros, uno máster en matemáticas y el menor murió cuando cursaba cuarto año de ingeniería.

Justicia Acuña  también participó activamente en el Instituto de Ingenieros y el Colegio de Ingenieros de Chile. Esta última institución  la incorporó a su Galería de Ingenieros Ilustres en 1981. En 1990, el Instituto creó el Premio Justicia Acuña Mena, que cada dos años distingue a una ingeniera civil destacada en el ejercicio de su profesión. *

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