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Alternativas al oficialismo venezolano:

Los problemas de la oposición para construir una unidad al estilo de la Concertación

domingo, 20 de mayo de 2018

GASPAR RAMÍREZ Enviado especial
Internacional
El Mercurio

CARACAS La MUD llamó a no votar, y con algunas fracciones internas y figuras acosadas, su futuro post electoral asoma complejo.



Después del fracaso de las negociaciones en República Dominicana en febrero pasado, la coalición opositora de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) se reunió durante dos días para decidir si competía en las elecciones presidenciales convocadas por el oficialismo. La respuesta fue negativa. Al día siguiente, Henri Falcón, un ex chavista reciclado en opositor, anunció su aspiración presidencial y terminó con la estrategia abstencionista de la mayoría. Era el último de una serie de traspiés en las fuerzas que buscan sacar a Nicolás Maduro del poder y que ahora enfrentan un panorama post electoral oscuro.

En los días previos a los comicios de hoy, la MUD dio una sola conferencia, encabezada por Henry Ramos Allup, dirigente de Acción Democrática (AD) y ex presidente de la Asamblea Nacional, y por Juan Pablo Guanipa, del partido Primero Justicia (PJ) y ganador de las elecciones regionales del año pasado en el estado de Zulia, pero que no asumió porque se negó a jurar ante la oficialista Asamblea Nacional Constituyente (ANC).

El resto del liderazgo de la MUD (o la Unidad, como la llaman sus integrantes) está inhabilitado (Leopoldo López, de Voluntad Popular; Henrique Capriles, ex candidato presidencial por el PJ); fuera del país (los ex alcaldes Antonio Ledezma, Ramón Muchacho y David Smolansky) o bajo amenaza (Julio Borges, de PJ).

Las fracturas formales comenzaron en diciembre pasado, con la creación de Soy Venezuela, agrupación integrada por los líderes opositores más a la derecha, como Antonio Ledezma, la ex diputada María Corina Machado y el ex embajador Diego Arria, quienes se oponían al diálogo en Santo Domingo.

El distanciamiento se dio de a poco durante todo 2017, un año movido: en marzo, el Tribunal Supremo de Justicia dejó sin poderes a la Asamblea Nacional (AN, legislativo, controlado por la oposición) y después dio marcha atrás; en mayo, Maduro convocó una Asamblea Nacional Constituyente (ANC) para reformar la Carta Magna, lo que causó las protestas masivas que dejaron 120 muertos entre abril y julio, represión que fue condenada por la comunidad internacional y que transformó a chavistas duros como la fiscal Luisa Ortega en opositores.

Pero el capital ganado desapareció, derivó en divisiones y puso más interrogantes sobre uno de los planes originales de esta coalición formada en 2010: crear una unidad al estilo de la Concertación de Chile.

Hacia atrás

Javier Corrales, académico del Amherst College de Massachusetts, ve diferencias entre ambos procesos. "Al régimen de finales de los 80 en Chile, me luce, se le veía como liberalizador, o al menos ofreciendo mejores condiciones para la participación política que la que hubo entre 1973 y 1986. Tenía la presión de EE.UU. y otros países. Por lo tanto, despertó confianza y ánimo en la oposición", dice el politólogo.

Mientras que en el caso de Venezuela, "al gobierno se le ve como yendo para atrás: cada elección ha sido peor que la anterior en términos de irregularidades. Por lo tanto, la oposición perdió el ánimo y la esperanza de que para algo puedan servir".

El diputado opositor Miguel Pizarro lo ve de otra forma. "Yo creo que sí ha venido cuajando (una unidad como la Concertación). Yo soy de familia chilena, mis abuelos salieron en los tiempos de la dictadura. La MUD nació gracias al ejemplo de la Concertación y en un momento en que era impensable que los organismos se juntaran", dice el legislador, nieto de un integrante del círculo cercano de Salvador Allende.

Pizarro, uno de los dirigentes de mayor proyección de la oposición, ve una similitud en los problemas que enfrentaron ambas experiencias. "Creo que hay un parecido entre la Concertación chilena y la visión que tenían entonces los grupos del extremo comunismo, la extrema izquierda. A nosotros nos pasa igual, pero con un grupo que está hacia la derecha, María Corina Machado y ese combo, que tienen una visión que es como demasiado extrema de la realidad, que hace difícil poderla compaginar", dice el legislador.

Pero Pizarro no lo ve como un quiebre en la unidad, sino como distintas visiones que hay que integrar: "A partir del 21 de mayo hace falta recomponer las individualidades. María Corina, Falcón, que si bien no son generales con muchísima tropa atrás, requieres tenerlos para evitar el ruido que hace que se piense que una opinión disidente es la división de todo un grupo opositor".

División

Diego Arria, integrante de Soy Venezuela, ve muchas diferencias. "La figura de la transición chilena de la dictadura a la democracia ha sido utilizada por dirigentes políticos venezolanos como el modelo a seguir para la recuperación de nuestra libertad. Eso es absolutamente falso. Si bien es cierto que Chile tuvo una dictadura militar, los militares chilenos no eran narcomilitares, Chile nunca fue un narcoestado, y los generales chilenos eran chilenos, no obedecían a Cuba", dice el diplomático.

Ante este escenario, la oposición se dividió con una postura más radical que llamó al abstencionismo y que alejó a ex chavistas como Falcón.

El panorama es de todas formas malo para la MUD, porque en un esperado triunfo de Maduro o con una sorpresa de Falcón, la Unidad siempre estará entre los perdedores. Pero sin duda, dicen analistas, el escenario que menos les acomoda es el más probable: con el Presidente reelegido por un amplio margen, reforzado dentro de su propio movimiento, para profundizar el mismo modelo con el que quieren acabar.

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