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cine

Basada en hechos reales

sábado, 28 de abril de 2018

Por Ascanio Cavallo
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El Mercurio




A los 84 años, Roman Polanski sigue confirmando que es uno de los grandes maestros del cine moderno. Mano robusta en la dirección, total precisión con la cámara, cortes afilados y exactos, perfecto dominio del sonido, control milimétrico del tiempo: toda la artesanía del cine al servicio de un mundo complejo, gótico, tortuoso, donde las fronteras entre la realidad y la ficción, el sueño y la vigilia, las fantasías y los hechos están siempre crujiendo.

Delphine Dayrieux (Emmanuelle Seigner) es una escritora de inmenso éxito, cuyo libro más reciente sacude y conmueve a sus lectores, pero al mismo tiempo la sumerge en una especie de crisis creativa que le impide iniciar una nueva novela. Entre sus admiradoras aparece una mujer que se identifica como Elle (un aparente diminutivo de Elizabeth), que ansía conocer su próximo libro. Elle (Eva Green) también escribe, pero como una ghost writer al servicio de celebridades. Escribe en lugar de otros, reconstruye vidas ajenas.

El novio de Delphine, François (Vincent Perez), debe alejarse por unas semanas: es un entrevistador de la televisión cultural que se dedica a conversar con grandes figuras de la escena literaria mundial. Durante una de esas giras Elle empieza a acercarse a Delphine, empeñada en ayudarla a superar su crisis y en empujarla a escribir el libro que ella cree necesario, aunque la autora discrepe. Elle toma el control del correo de Delphine, de sus compromisos y de la tranquilidad que requiere para producir.

Polanski nos desliza lentamente, sin señas de orientación, en el mundo paranoico de sus obras más oscuras -El bebé de Rosemary, El inquilino, Búsqueda frenética, Perversa luna de hiel, La muerte y la doncella- y en la cuerda específica de las mujeres asediadas, que es otra de sus especialidades. Por esta vez, el asedio proviene de otra mujer, esta amiga invasiva que lleva un nombre genérico y que va hundiendo a Delphine en una realidad ajena e inquietante.

Nada se puede decir del desenlace, que es tan sorpresivo como ambiguo, excepto que todos los indicios están sembrados entre los detalles narrativos y visuales, pero solo un espectador muy experto podría anticiparlos. La moral del vuelco final está perfectamente cautelada, como lo exigía Hitchcock. No hay engaño, no hay mentira: el gran giro del desenlace no violenta el desarrollo, ni siquiera lo roza.

Este es un thriller inteligente, astuto, cautivante. Pero es también una reflexión aguda, tocada con un delicado humor negro (el título mismo es una cierta burla del cine con historias "basadas en hechos reales") acerca de las relaciones entre la realidad y la ficción, el narrador y lo narrado, la verdad y lo verdadero, con un toque de vértigo epistemológico (¿qué sabemos?) y autorreflexivo (¿qué vemos?). Solo Polanski puede hacer todas estas cosas a la vez, a lo grande, a lo gigante. Una película indispensable.


D'après une histoirevraie. Dirección: Roman Polanski.
Con: Emmanuelle Seigner, Eva Green, Vincent Perez, Dominique Pinon, Camille Chamoux. 100 minutos.

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