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Ecología global:

El valor de estudiar la biodiversidad en distintos rincones del mundo al mismo tiempo

martes, 24 de abril de 2018

Lorena Guzmán H.
Vida Ciencia Tecnología
El Mercurio

Realizar experimentos comparables en diferentes lugares permite a los científicos entender por qué las especies optan por una forma de adaptación por sobre otra.



En primera instancia, se podría pensar que los Andes a la altura de Punta Arenas, en Chile, y los Alpes escandinavos, en Suecia, no tienen relación alguna. Pero luego de sembrar diez especies de plantas invasoras en ambos lugares y ver cómo estas proliferaron, esa percepción cambia rotundamente tras un estudio realizado por un grupo internacional de científicos. Esa coincidencia dentro de las diferencias es lo que está utilizando la ecología para entender fenómenos que ahora son globales.

Aunque la ecología comparativa se ha desarrollado durante décadas, la tecnología y la manera global de hacer ciencia han impulsado esta forma de estudios que entrega datos que no se podrían obtener observando un único sitio en particular. "Para enfrentar preguntas complejas sobre la biodiversidad y el funcionamiento de los ecosistemas, necesitamos estudios interhemisféricos que reúnan a investigadores y ecosistemas de todo el mundo", dice Aníbal Pauchard, director del Laboratorio de Invasiones Biológicas, académico de la U. de Concepción y coautor del estudio.

El resultado les valió el premio W.S. Cooper a la publicación sobresaliente de la Sociedad de Ecología Norteamericana. "El usar metodologías estandarizadas en varios sitios nos da un poder de inferencia, o generalización, mucho más alto", dice.

Observar en ambientes extremos, por ejemplo, la manera en que las especies se adaptan al mismo problema, pero con estrategias diferentes, permite determinar qué pasa si se introduce una especie u otra, agrega Juan Armesto, académico de Ciencias Biológicas de la U. Católica.

En base a ello, y en conjunto con otros investigadores, está impulsando la creación de una red de estudios de bosques templados que incluirá a Chile, Argentina, Australia y Nueva Zelandia. "Como son tan similares, esperamos entender cómo es su respuesta al aumento de temperatura en el contexto del cambio climático", detalla.

Este tipo de investigaciones también sirven para ayudar a equilibrar la gran diferencia existente entre la cantidad de estudios que se desarrollan en el hemisferio norte en comparación con el sur. En una revisión reciente en la que participó Juan Armesto, y que buscaba establecer el intercambio de CO {-2} entre los ecosistemas y la atmósfera, encontraron unos 500 sitios estudiados en el hemisferio norte y solo un par de decenas en el hemisferio sur. "El hacer observaciones comparativas nos permitirá determinar si los procesos son equivalentes en ambos hemisferios", dice.

La tecnología ha sido una gran responsable del auge de esta forma de estudiar la ecología, pero también un cambio de mentalidad en la forma de hacer ciencia, opina Aníbal Pauchard. "La mente científica siempre ha sido abierta, pero ahora estamos pensando en forma global".

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