Ayer, al aceptar el Premio Cervantes, el escritor nicaragüense declaró que "no hay nada que pueda y deba ser más libre que la escritura", y que cerrar los ojos ante la violencia, el narcotráfico o el exilio es "traicionar el oficio". Además, le dedicó el premio a la "memoria de los nicaragüenses que han sido asesinados en las calles por reclamar justicia y democracia", criticando así al Presidente Daniel Ortega, de quien fue vicepresidente en la década de los 80.