Stella Zervoudaki
martes, 24 de abril de 2018
Oficina con vista
El Mercurio
"He aprendido que nadie tiene la llave de la verdad absoluta"
1 Cuando llegué a la Unión Europea yo venía con el hándicap de ser mujer, y no había muchas mujeres. Después, el tema de la juventud, yo era por 10 años la más joven de mi promoción, tenía 22 años. Y venía de uno de los nuevos estados miembro (Grecia), que recién se incorporaba ese año. Siempre tenía la impresión de que tenía que ser diez veces mejor que los demás para poder hacerlo. Estaba muy motivada, entonces no me molestaba trabajar muchas horas, no era un trabajo de nueve a cinco, y también con mucha formación continua, nunca paré de estudiar. Entonces así lo logré, tratando de bajar los estereotipos, cada vez que me decían que era joven, yo decía "cuál es el problema si pasé el concurso como los demás".
2 He aprendido que nadie tiene la llave de la verdad absoluta. Cada persona aporta su cultura, su historia, su código de comunicación y su propia metodología de realización de sus valores y objetivos. Durante mi carrera en la Unión Europea he liderado y formado parte de equipos multiculturales y multidisciplinarios. He aprendido la importancia de escuchar, de ser abierta a nuevas propuestas y ser flexible y creativa en la búsqueda de soluciones. No hay un solo camino para el éxito, y el camino no es siempre una línea recta.
3 No soy alguien que se frustra muy fácilmente, pero me frustro mucho cuando trato de cambiar algo importante, en la embajada por ejemplo, y muchas veces la jerarquía te dice "no es el momento", o "tenemos que hacerlo de otra manera". Para mí es importante decir lo que uno piensa, hacer la propuesta, no bajar los brazos y hacerlo cada vez que uno puede. Trato de aprender de los éxitos y de los errores, tal vez a veces trato de ir demasiado rápido, hay que ser paciente, si hay una buena idea, no lo puedes dejar porque no te sale ahora, será el año próximo.
4 La formación continua durante toda la vida es primordial para progresar tanto en lo personal como en lo profesional. Siempre he creído que una educación humanista combinada con una formación práctica sobre las varias expresiones de la actividad humana es el mejor camino para comprender la sociedad y el mundo. Eso me ha inspirado a seguir formándome, a ampliar mis horizontes y adaptar mi manera de cumplir los objetivos de cada etapa de mi camino laboral.
5 La promoción de la equidad en el mundo laboral no puede ser exitosa sin la promoción de la equidad en el mundo personal y social. El reconocimiento y la justa distribución del trabajo no remunerado, pero invaluable, por el bien social e incluso por la economía, el trabajo doméstico, la educación de los hijos y el cuidado de los ancianos, por mencionar algunos, son fundamentales. El mundo laboral tiene que adaptarse a los cambios en el mundo personal de los hombres y las mujeres. Es necesario dar a los hombres el derecho de licencia de paternidad, promover formas de trabajo flexibles y amigables para un mejor balance y conciliación con la vida privada, y reconocer tanto la educación formal como la experiencia personal. Es importante ofrecer a las mujeres las mismas oportunidades para acceder, permanecer y progresar en el mundo laboral. *
