Vergüenza azul: Hoyos presenta una formación alternativa y la U sufre su peor derrota en 64 años
lunes, 23 de abril de 2018
Claudio Morales Quillota
Deportes
El Mercurio
Desde 1954, cuando fue humillado por Santiago Morning, que Universidad de Chile no lamentaba una caída tan fea por torneos nacionales. En Quillota, la planificación contempló la titularidad de muchos suplentes -pensando en el desafío ante Cruzeiro- y el resultado terminó siendo espantoso. Técnico y jugadores ofrecieron disculpas.
T ras el partido de la última semana ante Cruzeiro -y pensando en la revancha con los celestes, este jueves en el Mineirao- era esperable que Universidad de Chile utilizara algunos suplentes en el desafío frente a Unión La Calera, en el pasto sintético del Lucio Fariña. Sin embargo, Ángel Guillermo Hoyos, el técnico azul, sorprendió a medio mundo. Primero, porque paró una oncena con solo dos estelares: Johnny Herrera y Mauricio Pinilla, quien había presentado dolores en el tobillo derecho que lo tuvieron bien complicado durante varios días. Igual, el experimentado delantero fue de lo mejorcito que mostraron los azules en Quillota, y no solo por el descuento, sino porque fue uno de los pocos que buscaron evitar el bochorno. No fueron esas las únicas sorpresas del técnico argentino. Decidió, también, el debut de Armando Cooper y ubicó a Rafael Caroca como defensa central, un tipo que toda su carrera la hizo como volante y excepcionalmente de lateral. La defensa, conformada por el citado Caroca, Alejandro Contreras y Rafael Vaz -los dos últimos exhibiendo una lentitud exasperante-, brindó toda clase de licencias. Brian Fernández se dio un festín, anotó dos goles y, por si fuera poco, dejó en vergüenza al defensa formado en Palestino, cuando lo sacó a pasear en un rincón de la cancha. El mediocampo que dispuso Hoyos tampoco estuvo a la altura. Felipe Seymour, falto de fútbol y timming para llegar a las coberturas, solo vio la espalda de los volantes cementeros. Fernando Saavedra pasó cuantas veces quiso, por el medio o por las orillas, y lo mismo sucedió con Álvaro Césped. Fue una constante para los mediocampistas azules correr en dirección a su arco y a mucha distancia de sus rivales. Gustavo Lorenzetti no fue un buen apoyo en la marca y tampoco llegó al auxilio del panameño Cooper. Por el flanco izquierdo, Felipe Saavedra -el relevo natural de Jean Beausejour- tuvo una jornada igualmente amarga: empezó fouleando a su compañero Lorenzetti en la génesis del primer gol, jamás pudo tomarles la mano a los ataques rivales, no se proyectó con éxito y terminó acalambrado. Los cambios que llegaron con el trámite en desventaja solo aumentaron la confusión: el ingreso de Nicolás Guerra por Vaz dejó todavía más permeable la última línea. Cada vez que Unión La Calera superaba la mitad de la cancha, generaba riesgo. La planificación de Víctor Rivero fue un éxito. Sus pupilos la cumplieron a la perfección y anotaron su nombre en la historia del fútbol chileno. Hoyos, en tanto, hizo todo mal. Cruzeiro será la inmejorable opción para limpiar heridas o complicar todavía más su presente en la banca azul.
