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Según estudio realizado por DNA Outplacement:

"Enojo" y "sorpresa" son las principales reacciones de los chilenos ante un despido

lunes, 23 de abril de 2018

Diego Aguirre
Capital Humano
El Mercurio

Dado los buenos índices económicos y laborales en el país, la gran mayoría de los ejecutivos y trabajadores no cuentan con las herramientas emocionales para recibir la noticia de un despido.



Con niveles de desempleo bajos en comparación al resto de América Latina, los chilenos parecen no estar tan acostumbrados a ser desvinculados de sus trabajos como en otras latitudes. De hecho, la tendencia es, por lo general, cambiarse de trabajo por decisión propia y no debido a un despido. Por lo mismo, cuando esto último ocurre, en la mayoría de los casos, la desvinculación no es bien recibida..

Según el estudio "DNA Insights", elaborado por DNA Outplacement y que sondeó a más de 1.400 personas en la región, el 57% de los trabajadores chilenos declaran sentirse enojado tras una desvinculación laboral. Asimismo, el 59% de los compatriotas dicen que esta noticia la toman por sorpresa al no haberla esperado. Esto se debe a que el bajo desempleo y la estabilidad laboral del país es un escenario que no prepara a los ejecutivos para esta noticia.

La directora de DNA Outplacement, Isabel Carrasco, comenta que estos resultados se explican porque la idiosincrasia del chileno es más rígida y menos preparada para los cambios que se viven actualmente.

"La estabilidad económica del país le permite a las empresas crecer mucho y despedir poco, pero cuando esto último sucede, se evidencia que las personas no están preparadas y que tampoco se lo esperaban, quedando -en la mayoría de los casos- en estados de shock e impotencia, los cuales se terminan por transformar en enojos", señala Carrasco.

Diferentes reacciones a nivel regional

Las reacciones que genera un despido son diversas y están condicionadas por el contexto del país y la situación que vive el mercado laboral.

En el caso de Brasil, este es el país en donde más ejecutivos dicen haber percibido el despido previo a que se concretara. Los altos costos de vida y la crisis económica y estructural que se vive posicionan al brasileño como un escenario donde las reestructuraciones y la baja en inversiones son habituales, por lo que una desvinculación no se presenta como algo desconocido para ellos.

Por su parte, en Colombia, el bajo nivel de feedback entregado a los ejecutivos por parte de los superiores, sumado a la escasa visión del negocio a nivel general, provoca que estos sean sorprendidos ante un despido. En ese país, el 38% de los trabajadores se deprimen y declaran encontrarse sin ganas de retomar la carrera.

Según explica el director ejecutivo de Spring Professional, Felipe Lagos, en Perú la parte profesional no es tan compleja. "Existe una escasez de buenos profesionales porque la base de la pirámide no posee una buena educación. Es por esto que la reacción de los ejecutivos medios y altos ante el despido es súper tranquila", profundiza Lagos.

Esto se evidencia en los estados de ánimo que se manifiestan en estas situaciones, en donde los peruanos son quienes toman una desvinculación como una situación normal de la vida profesional.

Estadías en empresas por 20 años ya no son una posibilidad

Junto con el cambio e integración de las nuevas generaciones a la fuerza laboral, el pensamiento organizacional ha debido adecuarse a las nuevas modalidades de trabajo y a una demanda de mayor eficiencia.

Los tiempos de permanencia en las distintas áreas de las compañías se han vuelto cada vez menores y las empresas lo han entendido. La idea de creer que los puestos de trabajo perdurarán por 20 años ha cambiado radicalmente. Es así como el pensamiento organizacional actual no se condice con lo que sucedía en las décadas pasadas. Es más, éste ha mutado junto con las nuevas generaciones y las expectativas laborales que ellos tienen.

Según explica la directora de DNA Outplacement, Isabel Carrasco, las organizaciones están en conocimiento de que el profesional contratado tiene una curva de aprendizaje de un periodo menor a tres meses, y que con esto, el aprovechamiento que pueden obtener del trabajador fluctúa entre tres a cinco años en promedio, siempre y cuando el profesional logre posicionarse en el cargo.

"Las compañías están sacando profesionales no por temas de desempeños, sino que por el recambio generacional que se vive, en donde se requieren habilidades mucho más transversales, por ejemplo, un gerente que funcione como un líder referente sin la necesidad de tener gente a cargo", expone Carrasco.

Sin embargo, el hecho de que las estructuras se ajusten y que salga gente no significa que no se contrate personal, sino que todo lo contrario. Un ejemplo de esto es la reducción de tiempo que ha tenido la recolocación de los altos ejecutivos en el país, en donde -según señalan desde DNA Outplacement- los escasos puestos gerenciales que demoraban unos seis meses en recolocarse se han reducido a la mitad.

3 a 5 años

es el promedio de permanencia actual de los trabajadores en una organización, según indica Isabel Carrasco, directora de DNA Outplacement.

57%

de los trabajadores chilenos declaran sentirse enojados tras un despido.


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