A solo unos días de que Donald Trump asumiera la Presidencia de Estados Unidos, su famosa cadena hotelera anunciaba estar preparando un profundo plan de expansión en Estados Unidos, gracias a que uno de los altos ejecutivos de la empresa habría considerado su aterrizaje en al menos dos docenas de ciudades. Sin embargo, menos de un año y medio más tarde, los proyectos de la firma que lleva el nombre del Mandatario norteamericano parecen haberse estancado. Y es que si en 2015 -previo a su incursión en el mundo de la política- el apellido Trump era el mayor activo de la cadena de hoteles, ahora ha pasado a ser un riesgo y una responsabilidad. Desde que asumió la Presidencia en enero de 2017 y hasta la fecha, el nombre del magnate de los negocios ya fue removido de uno de sus hoteles y solo están en construcción cuatro nuevos recintos en EE.UU., todos ubicados en ciudades de menor tamaño, y no en grandes urbes como explicaban los planes originales de la compañía.