El camino costero de la zona central anuncia el "Litoral de los Poetas", pero es una promesa de varios años que sigue renga. Falta muchísimo por desarrollar y por entender para que sea una realidad. Por ahora, la certeza es que allí están las tumbas de Vicente Huidobro, en Cartagena; Pablo Neruda, en Isla Negra, y desde hace dos meses, Nicanor Parra en Las Cruces. Sin embargo, está lejos de ser efectivamente una ruta coordinada, con accesos y servicios a la altura. ¿Qué funciona realmente? El polo de Isla Negra, donde el acopio de información, orden y proyecto en torno a Neruda han generado algo consistente y fuerte. En el caso de Las Cruces-Parra, hoy ni siquiera se puede acceder a la tumba del poeta -de cuyo fallecimiento se cumplieron ayer dos meses- y la casa permanece cerrada. Y si bien el museo-casa de Huidobro es espléndido en términos de información y acogida, Cartagena parece no demasiado interesada en el poeta del creacionismo. Llama la atención que los taxistas del balneario se niegan a llevar a alguien al museo. ¿Qué ocurre? Simplemente, que el camino es pésimo (empinado, de maicillo y con piedras sueltas) y los autos sufren. Además, para llegar hay que preguntar, porque la señalética deja mucho que desear. El "Litoral de los Poetas" debería llegar a ser un polo turístico muy potente. De hecho, no se habla solo del espacio entre Cartagena e Isla Negra, sino que comprende desde Bucalemu hasta los humedales de Tunquén, porque todos los municipios quisieron ser parte del Litoral. A eso habría que añadir, como complemento, la oferta cultural más amplia del área, que incluye, entre otras cosas, el Museo de Historia Natural e Histórico de San Antonio y la casa del pintor Adolfo Couve, también en Cartagena, arquitectónicamente valiosa y con un espléndido acopio de artes decorativas. Sin embargo, hay que mejorar los servicios. Partiendo por la hotelería y todo el circuito vial, que durante el verano genera tacos insolubles, al punto de que las actividades de teatro y música vespertinos en la casa Neruda de Isla Negra fueron suspendidos todo el verano, porque el público no alcanzaba a llegar.