Autoridades y vecinos de Providencia en alerta por proliferación de cabarets en Manuel Montt
viernes, 23 de marzo de 2018
Dierk Gotschlich y Nicolás Álvarez
Nacional
El Mercurio
La alcaldesa Evelyn Matthei dice que de no aprobar la apertura del nuevo recinto que ya está construido, el municipio se arriesgaría a una indemnización "bien millonaria".
La cara del barrio Suecia -conocido por su bohemia y vida nocturna- comenzó a cambiar entre 2007 y 2010, cuando la administración de Providencia, dirigida en ese entonces por Cristián Labbé, decidió reducir las patentes de alcohol de algunos pubs y restaurantes y permitir la construcción en altura libre en Andrés Bello, con el fin de poner punto final al carrete y a la delincuencia que lo caracterizaban. Así, aseguraba el ex alcalde en 2011, ese sector vería renovadas sus instalaciones en un plazo no mayor a cuatro años, lo que serviría de modelo para otros barrios de la comuna. Sin embargo, tras una carta publicada ayer en "El Mercurio", el concejal Jaime Parada advirtió la vuelta del fenómeno a Providencia, pero esta vez en el sector de Manuel Montt. La eventual aprobación de una última patente para el local nocturno "Triple J", afirmó, conllevaría que tres cabarets estén a disposición de clientes "con gustos caros" en un radio menor a 400 metros, lo que se sumaría, planteó, a la "decena" de departamentos utilizados para el comercio sexual que hay en el lugar. La alcaldesa Evelyn Matthei dijo estar "súper preocupada" por la situación, pero asegura que es casi imposible prohibir la apertura de este recinto y explicó que fue la anterior administración la que propició su instalación en la avenida Providencia. "El local ya está construido, y si no damos el permiso podríamos terminar con acciones judiciales que nos podrían significar indemnizaciones bien millonarias", argumenta. Opiniones divididas El funcionamiento de estos cabarets tiene en alerta a los vecinos. La presidenta de la Unión Comunal, Mariana Ariztía, advierte que estos locales podrían atraer más delincuencia. En esa línea, el vecino Miguel Poblete afirma que una alternativa sería "sectorizar" estos establecimientos, pero sostiene que sería difícil que alguien lo quiera tener en su cuadra. Según Rita Helmke, vecina de Providencia desde hace más de 50 años, también se podría "restringir y fiscalizar estos recintos, ya que con mesura no hay problema para que funcionen". En tanto, el locatario Armando Rodríguez, vecino del tradicional Passapoga, sostiene que este tipo de recintos no afectan a los vecinos, puesto que son locales "con mucha discreción".
