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En el Palacio Medici Riccardi:

Los corazones de Francisco Smythe en Florencia

martes, 20 de marzo de 2018

Patricia Mayorga Desde Florencia
Cultura
El Mercurio

Hasta el 29 de marzo se presentarán 52 obras de Francisco Smythe, artista que vivió casi dos décadas en la ciudad de la Toscana y que incluyó en su creación.



El señorial edificio Medici Riccardi, que Cosimo "El Viejo" -patriarca y artífice de la fortuna de la familia Medici- ordenara construir a mediados del siglo XV en el corazón de Florencia, es el marco para las 52 obras de Francisco Smythe (1952-1998), que se exhibirán hasta el 29 de este mes en una muestra antológica organizada por la Embajada de Chile en Italia.

Los austeros salones de este imponente palacio cobran nueva vida y se alegran con las caprichosas líneas geométricas y los vivos colores de la obras de Smythe: sus montañas, sus corazones, su especial percepción de las plantas, las frutas, la naturaleza circundante y aquella más lejana de su Chile natal. Es un caleidoscopio cromático, donde cada línea y cada pincelada conduce a una dimensión onírica, y real, al mismo tiempo.

El montaje de la muestra va construyendo una verdadera narración de la obra del pintor y de sus argumentos preferidos, como el desarrollo de su "Geografía fantástica e imaginaria". En esta, la figura del corazón, motivo recurrente en su obra, "es no solo el pulsante de toda emoción, sino el creador de todos los valores", como señalara el propio Smythe en una entrevista.

La influencia de la ciudad

Antonio Arévalo, agregado cultural de Chile en Italia, y uno de los curadores junto a Paulina Humeres, artista visual y viuda de Smythe, explica el sentido de la muestra: "Florencia fue el centro de su creación. Lo fueron sus obras, su casa, su mujer, las calles y los lugares que frecuentaba cotidianamente. Lo fueron su gente y la lista es impresionante, el corazón pulsante y creativo de esta ciudad hizo parte completamente de su vida".

Además, agrega Arévalo, "en Italia sus obras mostraron una clara influencia del expresionismo abstracto americano, incorporando el dripping , la mancha, los juegos de transparencias y el uso de materiales extrapictóricos, como la fotografía, páginas de prensa y signos geográficos. Recurre a un imaginario fantástico que se relacionaba con su memoria, sus sueños, su infancia y con su tierra natal. Su opción por los colores brillantes y planos sobre fondos blancos o negros mostraban una ruptura con las tonalidades tradicionales de la pintura chilena".

Para Paulina Humeres, "leer nuevamente mensajes de hace unos años, cuando empezamos a soñar con esta muestra en Florencia, ciudad que enamoró a Francisco, y ahora llegar acá a la inauguración, es una emoción indescriptible. Puedo percibir concretamente la emoción que la obra de Francisco generaba y la sorpresa de cada uno de sus amigos, de sus coleccionistas, que han contribuido a que esta exposición se pueda realizar este año, cuando se cumplen 20 de su fallecimiento".

"Los recuerdos intactos que hasta ahora guardaba en mi mente se han hecho realidad: es la luz, los olores, la música y la energía de esos momentos cruciales en la creación de las obras", explica Humeres. Agrega que la mejor manera de adentrarse en las obras de Smythe es descubriendo el misterio de cada una, "ya que es ahí donde aparece su principio de vida".

"Esta filosofía ha quedado plasmada en una obra de Francisco, donde en italiano ha escrito: 'Irse sin irse, irse y quedarse, y quedándose partir', es decir que más allá de cualquier otra cosa la obra permanece, y es privativo de cada persona poder entrar en ese momento insondable y misterioso", concluye Paulina Humeres.

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