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Chile comienza a sumarse a la tendencia:

Médicos ya están recetando a sus pacientes descargar aplicaciones de salud

martes, 20 de marzo de 2018

Paula Leighton N.
Vida Ciencia Tecnología
El Mercurio

Apps que recuerdan tomar un medicamento miden signos vitales y envían alertas al hospital, previenen complicaciones y reducen las urgencias y rehospitalizaciones.



Desde 2016, en el Hospital General de Toronto (Canadá), pacientes con riesgo cardiovascular se llevan a casa una receta de fármacos, un aparato para tomarse la presión, una balanza digital y Medly, una aplicación para el celular que registra a través de Bluetooth las mediciones de peso y presión del paciente. Y quienes tienen diabetes descargan "bant", una aplicación que les permite tomar fotos de sus comidas y registrar su peso y pasos diarios para sincronizarlo en forma inalámbrica con sus mediciones de glicemia. Así aprenden cómo sus conductas influyen sobre el control de su azúcar en la sangre.

Médicos indican también aplicaciones que ayudan a niños a manejar el dolor crónico, que guían a personas con Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica para identificar y manejar sus crisis respiratorias, o que mantienen a pacientes con cáncer de próstata en contacto con su equipo médico y reciben directamente los resultados de sus antígenos prostáticos.

Mejor control

"Recetar aplicaciones a pacientes crónicos, tal como se hace con los fármacos, es algo que vamos a empezar a ver cada vez con más frecuencia en el futuro", vislumbra James Agnew, gerente técnico del Centre for Global eHealth Innovation del Hospital General de Toronto, donde se han diseñado y desarrollado estas y otras tecnologías de salud electrónica.

Agnew -quien estuvo en Chile como expositor en la charla inaugural del ciclo de Tech Talks organizadas por el Centro Nacional en Sistemas de Información en Salud (CENS)- destaca que con estos sistemas, el paciente "aumenta su adherencia a los tratamientos y mejora el control de su enfermedad, mientras que el sistema de salud abarata costos al descongestionar los servicios de Urgencia".

El Hospital Johns Hopkins, en Baltimore, EE.UU., lo comprobó con su aplicación Corrie, que se receta a pacientes que son dados de alta tras un infarto cardíaco.

Esta les recuerda cuándo tomar sus remedios y monitorea sus signos vitales, actividad física y estado de ánimo. Mientras que en ese hospital el 19% de los sobrevivientes de un infarto vuelven a hospitalizarse durante el mes posterior al alta, de los 60 pacientes que usaron Corrie, solo dos (3%) tuvieron un reingreso.

Cuando los dispositivos están interconectados con aparatos que miden parámetros vitales en la casa, reciben y envían datos al centro de salud del paciente y actualizan su ficha clínica, independiente de dónde se atienda, los beneficios se multiplican.

Un mismo idioma

"La interoperabilidad -o posibilidad de que los sistemas puedan comunicarse entre sí- es fundamental para que el paciente tenga acceso a su propia historia clínica, que haya trazabilidad de su historia médica entre cualquier institución donde se atiende, para monitorear a distancia a adultos mayores que viven solos y para liberar tiempo de atención de especialistas, reduciendo así las listas de espera", enumera Steffen Härtel, director del CENS.

Actualmente, el estándar de punta para intercambiar información electrónica en salud es FHIR (Fast Healthcare Interoperability Resources), cuyas particularidades y ejemplos de uso se abordaron en la CENS Tech Talk.

Con este estándar trabaja en Chile Pil.is, una plataforma que conecta al paciente con sus centros de atención y sus registros clínicos, de manera que reciba en su celular la receta que le da su médico y le recuerde tomarse el medicamento y las dosis exactas.

"Nuestra idea es mejorar la adherencia farmacológica, detectar efectos adversos y ayudar al médico a ajustar el tratamiento", explica Claudio Daza, licenciado en Medicina y director ejecutivo del proyecto. En mayo iniciarán un piloto con pacientes ambulatorios del Hospital Sótero del Río.

"Si funciona, la idea es que llegue a la mayor cantidad de pacientes", señala Daza, quien ve la digitalización en la salud como "una tendencia inevitable", donde Chile puede ser líder, dada su alta penetración de celulares.

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