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Su gran aporte a la cosmología y al entendimiento de los agujeros negros es solo parte de la herencia del científico inglés que se transformó en un personaje que dejará un recuerdo indeleble.

El legado de Stephen Hawking, el científico convertido en rockstar

jueves, 15 de marzo de 2018

Lorena Guzmán H.
Vida Ciencia Tecnología
El Mercurio




"Diviértete entre las estrellas", escribió en su Twitter Barack Obama junto con una foto en la que aparece acomodando a Stephen Hawking en su silla de ruedas. Como esta, son muchas las expresiones de pesar y respeto que está recibiendo uno de los científicos más famosos de los últimos tiempos. Colegas, políticos, amigos y personas comunes, alrededor del mundo, han expresado su pesar desde que ayer miércoles en la madrugada, hora de Reino Unido, el físico inglés perdiera su última gran batalla. En Navidad su salud comenzó a deteriorarse y ayer sus tres hijos anunciaron en un comunicado que finalmente había muerto en paz en su hogar.

Con la muerte de Hawking no solo la física y la cosmología pierden a un gran científico, sino que la ciencia se queda sin, tal vez, su más grande rockstar . Ya sea por el deseo de divulgar lo que hacía o por el hecho de estar postrado en una silla de ruedas sin poder moverse ni hablar, era una constante que donde iba causaba revuelo, admiración y grandes convocatorias.

Con dos visitas a Chile, en 1997 y 2008, mostró su ciencia en Santiago y en Valdivia (ver página 14). Pero, por sobre todo, demostró que no poder moverse no era impedimento para llegar a la Antártica -la última frontera, como la bautizó-, y a Isla de Pascua.

Su espíritu aventurero nunca estuvo incapacitado. "Estoy listo para la batalla", dijo al llegar a Santiago en su primera visita.

Contra todo

Mientras estudiaba su doctorado en cosmología en la Universidad de Cambridge recibió la peor noticia de su vida: a lo sumo le quedan unos dos años para disfrutarla.

El diagnóstico fue esclerosis lateral amiotrófica (ELA).

Desesperado en una cama de hospital, Stephen Hawking se preguntó cómo era posible algo así. Pero minutos después vio en la cama contigua a un niño con leucemia e instantáneamente le nació el deseo de "hacer algo" en la vida.

Su perseverancia lo llevó a ser parte de los descubrimientos más importantes sobre los agujeros negros. "Ellos tenían la mala reputación de tragarse todo lo que llega suficiente cerca de ellos", explica el físico del CECS Jorge Zanelli. "Sin embargo, Hawking probó que eso no es ciento por ciento cierto. Estos pueden emitir partículas por un proceso cuántico", agrega. Este es uno de sus grandes legados científicos.

Máximo Bañados, decano de Física UC, dice que Hawking también contribuyó de manera importante a la cosmología y que todo lo que hizo en física gravitacional "fue espectacular". "El problema no está resuelto, pero la gente que trabaja en el tema sigue muchas de las ideas con las que él fue pionero".

Gonzalo Palma, cosmólogo de la U. de Chile, también destaca su aporte para entender la naturaleza del big bang, a través de una serie de teoremas sobre la singularidad inicial, a partir de la cual emergen el espacio y el tiempo.

Por todo esto, a muchos les hace ruido que nunca obtuviera el Nobel. Pero ello no tuvo que ver con la calidad científica de sus teorías, sino con la naturaleza del premio, que solo homenajea lo comprobado experimentalmente.

De personalidad complicada para algunos, era chispeante para otros. Es famosa la apuesta que le hizo a Kip Thorne, físico teórico y premio Nobel, sobre una de las teorías de agujeros negros y en la que estaba en juego una suscripción a la revista Penthouse. Hawking perdió.

Así, mientras avanzaba su trabajo científico también lo hacía la enfermedad. En 1974 se hizo miembro de la Royal Society cumpliendo la tradición de firmar su ingreso en un añoso libro. Esa fue la última vez que pudo sostener un lápiz.

Tiempo después, una traqueotomía de emergencia lo dejó sin habla. Fue un gran golpe porque para entonces los gastos médicos, con enfermeras 24 horas, eran impagables. Por eso había decidido publicar un libro -"Breve Historia del Tiempo", que terminaría siendo un best sell er -, pero la forma de hacerlo era dictándolo.

En medio del desespero apareció un salvador. Walt Woltosz, experto en computación de California, le entregó el "Equalizer", un sintetizador que le devolvió la voz. Hawking nunca dejó de quejarse de su robótico acento "gringo", pero tampoco quiso cambiarlo; todos lo reconocían así.

El mito

Ayer sus hijos hablaron con cariño y respeto, y la familia está manejando privadamente todos los arreglos de su funeral. Si bien en 2007 publicó en conjunto con su hija Lucy un libro de astronomía para niños y en 2014 su descendencia participó en la iniciativa Bucket Ice Challenge, se decía que era lejano con ellos. Además, se rumoreaba que era un déspota con el batallón de empleados que lo asistían y hasta que, supuestamente, fue sujeto de maltrato de su segunda esposa. Esta impresión no es generalizada.

"Era muy simpático y lúdico. Siempre estaba con una sonrisa y haciendo bromas, aunque le costara comunicarse. No era un viejo mañoso, todo lo contrario", asegura Máximo Bañados.

"Creo que la mayoría admira el coraje, la perseverancia de alguien que, además de ser tremendamente talentoso, logró salir adelante superando una discapacidad extrema. Eso es lo más notable: su heroísmo", opina Jorge Zanelli, físico del Centro de Estudios Científicos.

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