In memoriam

miércoles, 14 de marzo de 2018

Vida Social
El Mercurio

María Francisca Arze Esquerré, mi negra linda

Ha partido un ángel. María Francisca Arze Esquerré nos dejó hace un mes atrás, el 12 de febrero pasado. Nació en Santiago un 8 de junio de 1973. Cursó la mayor parte de sus estudios primarios y secundarios en la Alianza Francesa. Después de un breve período en Canadá egresó de la educación media en el Colegio San Juan Evangelista. Estudió en la Escuela de Teatro de Gonzalo Meza, trabajó como actriz unos años para dedicarse posteriormente al yoga en un proceso permanente de crecimiento personal. Fue graduada por el gran maestro BKS Iyengar, en Pune, India. Posteriormente se tituló como terapeuta en la Universidad de Santiago e inició su camino trabajando por varios años en el Centro de Rehabilitación de Adicciones, CREA, ayudando a muchos jóvenes a superar sus problemas de adicciones. Fue ahí donde encontró su vocación. No satisfecha, siguió buscando, acercándose cada vez más a la naturaleza y al conocimiento ancestral de las comunidades indígenas. Su búsqueda la lleva a viajar por el mundo, pasando largos períodos en la India, Portugal, con comunidades ambientales, en la Franja de Gaza ayudando a rehabilitar niños dañados por la guerra, en Estados Unidos con los indígenas Lakota, en sus "búsquedas de visión", y Brasil, con las comunidades Katukina (Noke Kui en su lengua) con los que aprende el uso de plantas medicinales y la aplicación del Kambó, secreción extraída de la rana del mismo nombre. Trabajó intensamente con varias de estas comunidades apoyándolas para que mantengan sus tradiciones frente al avance de la "civilización". Los últimos años de mi negra linda fueron una entrega de amor a su familia, a sus amigos y a todos los que se cruzaron por su camino. Los dedicó a sanar gente siendo innumerables los agradecidos testimonios de personas a las que ayudó. Vivió austeramente, con alegría y siempre agradeciendo al Supremo por su suerte. Quiso el destino llevársela en la flor de la vida, el día de su regreso a Chile, después de pasar dos semanas con sus amados Katukina. Su familia, amigos y todos quienes la conocimos lloramos su ausencia.

Elías Arze