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Digitalización, minería de datos y algoritmos para optimizar el servicio público:

Reforma de Estado de Macron mira hacia la tecnología para cortar la burocracia

miércoles, 21 de febrero de 2018

Michel Rose Reuters
Internacional
El Mercurio

El Presidente francés está siendo presionado para explicar cómo planea recortar 60.000 millones de euros en gastos fiscales y 120.000 empleos estatales para cumplir sus promesas de campaña.



Francia está lista para invertir en inteligencia artificial, blockchains y minería de datos para "transformar" su creciente burocracia en lugar de simplemente recortar presupuestos y empleos, afirmó el zar de la reforma administrativa.

El ex ejecutivo de telecomunicaciones de 39 años a quien el Presidente Emmanuel Macron le ha encargado reformar el sector público sostuvo que creía que la tecnología ganaría el apoyo de los empleados del gobierno y al final produciría servicios públicos menos costosos.

El propio Macron está siendo presionado por los vigilantes del presupuesto y Bruselas para explicar cómo planea recortar 60.000 millones de euros en gastos públicos y 120.000 empleos en el sector público para cumplir las promesas hechas en su campaña electoral.

Chatbots, un software que puede responder a las preguntas de los usuarios con un enfoque conversacional, o algoritmos que ayudan al recaudador de impuestos a identificar posibles evasores de impuestos, son algunas de las posibilidades que ofrece la tecnología, dijo Thomas Cazenave a Reuters en una entrevista.

"El Estado... no debe quedarse atrás, ser 'uberizado' y marchitarse", dijo Thomas Cazenave a Reuters en una entrevista.

"El potencial creado por la digitalización, los datos y la inteligencia artificial ayudará a poner menos empleados en algunas tareas y reinvertir en otros", manifestó.

Un fondo de 700 millones de euros (US$ 864 millones) ayudará a invertir en proyectos de tecnologías de la información durante los próximos cinco años para ayudar a modernizar la administración en un país altamente centralizado y automatizar algunas actividades.

Cazenave es uno de los 'muchachos de Macron' cuya combinación de alto nivel de servicio civil y experiencia del sector privado se utiliza para sacudir al ejército de 5,5 millones de empleados del gobierno de Francia y recortar uno de los coeficientes de gasto público más altos del mundo.

Apenas dos meses más joven que Macron, los dos se conocieron hace más de 10 años cuando se unieron al altamente selectivo cuerpo de funcionarios de finanzas después de graduarse de la Escuela Nacional de Administración, un instituto de posgrado de administración pública para la élite francesa.

Luego, Cazenave se convirtió en el ejecutivo número 2 de recursos humanos en la firma de telecomunicaciones Orange, una compañía que pasó del monopolio gubernamental a ser un ente privado globalizado. En 2016, Macron prelanzó el libro de Cazenave, "The State in Start-Up Mode" (El Estado en el modo de inicio).

"Al igual que yo, el Presidente cree profundamente que ya no hay tiempos en que los servicios públicos se puedan reformar con pequeños ajustes. Se necesitan transformaciones importantes", indicó Cazenave.

Un tema sensible

A pesar de referirse con frecuencia a la transformación y la revolución, Macron ha tenido un enfoque prudente en las medidas de ajuste del cinturón, con muy pocos detalles dados hasta ahora sobre dónde caerá el hacha.

Su ministro de Presupuesto dijo este mes que un plan de despido voluntario podría estar en juego, pero no dio más detalles. Se esperan más anuncios en marzo o abril, pero la legislación no se espera antes de principios de 2019.

Cazenave expresó que tomarse el tiempo de consultar a los empleados era necesario para lograr que los funcionarios públicos se sumaran y para revisar qué servicios aún deben ser administrados por el Estado, y cuáles pueden subcontratarse o incluso abandonarse.

También añadió que los planes de recorte de gastos previos, como la decisión del ex líder conservador Nicolas Sarkozy de no cubrir una de cada dos vacantes dejadas por los baby boomers que se jubilaron, no pudieron frenar el gasto porque las competencias del Estado no habían cambiado.

La externalización de algunos servicios públicos se está considerando actualmente, dijo, pero el ejemplo del colapso de la firma británica de externalización Carillion demostró que no se podía replicar en todas partes.

"No hay lugar para la ideología en el debate de la contratación externa, de una forma u otra. El sector privado no tiene una superioridad definitiva sobre el sector público", dijo.

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