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Expedición puso el dispositivo a comienzos de este mes:

Primera orca a la que le instalan un transmisor satelital en Chile comienza a enviar datos

miércoles, 21 de febrero de 2018


Vida Ciencia Tecnología
El Mercurio

Un macho marcado en el Golfo de Ancud está comenzando a dar pistas para conocer más sobre los desplazamientos y hábitos de vida de esta poco explorada especie. En marzo esperan sumar más individuos.



Desde comienzos de febrero, los desplazamientos de una orca ( Orcinus orca ) macho están siendo monitoreados en la Región de Los Lagos, en una experiencia inédita en nuestro país.

En su aleta dorsal el cetáceo lleva un transmisor satelital instalado durante una expedición realizada por investigadores de la Universidad Austral (UACh) y el Centro Ballena Azul (CBA) con la colaboración del Instituto Smithsonian de Panamá.

Esta es primera vez que se instala uno de estos dispositivos a una orca en Chile, destaca Francisco Viddi, investigador asociado de la UACh y del CBA.

La importancia, añade, radica en que "las orcas son prácticamente un misterio. Aparte de algunas publicaciones con áreas de avistamientos, no sabemos nada sobre su abundancia, estructura poblacional, preferencia de hábitat, cómo se mueven, su compleja estructura social o qué podría estar afectándolas".

Por otra parte, agrega, "saber más de estos mamíferos -los depredadores más grandes de los océanos- no es trivial". Esto, porque al estar en la cima de la cadena alimentaria su presencia es un indicador de que la salud del ecosistema se encuentra en buen estado y sus procesos ecológicos se mantienen conservados en todos los niveles.

Reuniendo datos

El macho al que se le implantó el transmisor estaba en el Golfo de Ancud, a la altura de la Península de Ayacara, unos 70 km al norte de Chaitén.

Su marcaje es parte del Programa de Ecología y Conservación de Grandes Cetáceos en Chile, que desde 2000 llevan a cabo la UACh y el CBA con fondos nacionales e internacionales. Si bien este programa se ha enfocado principalmente en ballenas azules, a la expedición de febrero el investigador del Smithsonian Héctor Guzmán llevó ocho transmisores para orcas, pero solo lograron marcar una.

"Proporcionalmente el transmisor es como tener un piercing incrustado en la aleta dorsal", describe Rodrigo Hucke Gaete, profesor investigador de la UACh y presidente del CBA.

Cada vez que la orca emerge para respirar, el transmisor envía una señal al sistema de satélites Argos, que entrega su localización geográfica.

El seguimiento en estas cerca de dos semanas, dice Hucke, muestra que "se desplazó desde la zona de Ayacara hacia el Seno de Reloncaví, donde se acercó mucho hacia Tenglo, y luego volvió hacia la Península de Ayacara".

El investigador agrega que -antes de que el transmisor se caiga o sea expulsado en forma natural por el organismo del animal- esperan muchas más transmisiones. Pero por ahora lo conseguido "es fantástico, porque solo había registros fortuitos de orcas en esa zona".

Marcar individuos y conocer las áreas por donde transitan y las que son más importantes para la especie tiene directa relación con su conservación, señala Hucke. Y adelanta que a mediados de marzo una nueva expedición buscará marcar ballenas azules y sei -llevarán 21 transmisores- e idealmente más orcas, de manera de reunir más datos que permitan conocer mejor la ecología de estos grandes cetáceos.

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