Nuevo museo

martes, 20 de febrero de 2018
Corusco
Editorial
El Mercurio

Una muestra del desarrollo cultural de nuestro país es la actual inclinación por la creación de museos, establecimientos que originalmente recopilaron objetos extraños y curiosos y que con el tiempo justificaron su nombre asumiendo como "lugar dedicado a las musas y al estudio de las nobles disciplinas". Este esfuerzo de conservación y catalogación suele realizarse en torno al historial de instituciones afianzadas en el orgullo ciudadano compartido.

Así sucede ahora con los bomberos de Santiago, como antes lo hicieron los de Ancud. En ambos casos se trata de más que centenarias manifestaciones del voluntariado, presentes en todas las emergencias que ha vivido Chile, integradas por quienes pagan por servir, llegando al sacrificio personal en defensa de la vida y bienes de sus compatriotas.

Desde 1863, el Cuerpo de Bomberos de Santiago ha escrito casi anónimamente una historia que ahora se ha puesto en evidencia en un museo que, empleando los avances de la comunicación y la informática, da cuenta de los progresos de su trayectoria. En el viejo cuartel de la calle Santo Domingo funciona desde hace algunas semanas un museo interactivo, testimonio de una memoria que iluminan los 49 mártires de una institución cuyos integrantes han sido leales al espíritu de quienes reaccionaron ante el incendio de la Iglesia de la Compañía organizando un cuerpo que es ejemplo que merece conocerse.